Veracruz, Ver.

     
De un plumazo


Violencia caciquil

Lunes 15 de Febrero del 2021

La violencia se enseñorea en Veracruz.
Los partidos políticos apenas viven sus procesos internos para seleccionar a sus abanderados a las presidencias municipales, sindicaturas, regidurías, diputaciones locales y federales, y ya la numeralia mortal empieza a engrosar las estadísticas de la violencia política en el solar veracruzano.
Quienes aspiran a uno de estos puestos en las 212 alcaldías para los próximos cuatro años, además de 634 regidurías y 212 sindicaturas, confían en la voluntad, confianza y ejercicio del sufragio de 5 millones 832 mil 654 ciudadanos enlistados en el padrón electoral, quienes también tendremos la prerrogativa de elegir a 30 diputados locales y 20 legisladores federales vía método de mayoría relativa, están en peligro de ir a una fiesta que en la génesis de comprende como una fiesta de civilidad.
El jueves 11 de febrero, después de la hora de la comida, Gilberto Ortiz Parra, aspirante del Movimiento de Regeneración Nacional, inscrito para concursa en la encuesta para elegir al candidato de la alianza “Juntos Haremos Historia” a la presidencia municipal de Úrsulo Galván, inauguró la numeralia mortal de aspirantes a un puesto de elección popular de los mil 104 cargos que estarán en juego el domingo 6 de junio en el estado de Veracruz, que son bajados de la democracia a rafagazos.
La agenda se sangre se nutrió este lunes con el asesinato de la exalcaldesa de Cosoleacaque y exdiputada local del PRI, Gladys Merlín Castro y su hija, la excandidata del Partido Nuevo Alianza (PANAL) a la diputación local en el proceso electoral 2016, Carla Enríquez Merlín, aspirante de Morena a la alcaldía que ostenta el panista Cirilo Vásquez Parisi.
A Gladys la degollaron a la usanza de las mafias caciquiles, a su hija, la asesinaron a balazos, a las 06: horas de este lunes en su domicilio de Cosoleacaque.
Mas temprano que tarde, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez advirtió enérgico, tajante, que no permitirá violencia política ni vendettas caciquiles en el estado que gobierna.
Que alivio.