Veracruz, Ver.

     
De un plumazo


Demonios sueltos

Jueves 4 de Febrero del 2021

La detención de Mario Marín, motejado “mi gober precioso” por el empresario Kamel Nacif, su compinche en la detención y tortura de la periodista y escritora Lydia Cacho, es apenas la hebra que desenrollará una trama con consecuencias mediáticas, políticas y judiciales.
Este asunto, dormido, olvidado por el imaginario colectivo, reventó con fuerza en medios de comunicación, puesto que la detención y tortura, ordenada por el ex mandatario priísta de Puebla, sucedió en 2005, luego de las repercusiones del libro “Los demonios del Edén”, donde la investigadora desenmascaró una red de poder y complicidades de políticos y empresarios poderosos, en la prostitución infantil.
Se dice que en política nada es fortuito, nada se mueve sin la aprobación, luz verde y permiso del gran Tlatoani, figura reforzada en un presidencialismo omnímodo, omnipotente, omnividente y omnipresente.
El poder presidencial se nota hasta el último rincón del imperio de la 4T.
Esto lo sabe la clase política.
La concatenación de hechos recientes, con la detección de cuentas 2 mil millones de euros, 48 mil millones de pesos, que 23 empresarios depositaron en el Banco Privado de Andorra y la llegada del empresario Alfonso Ancira, acusado de comprar fraudulentamente la planta Agronitrogenados, son los otros dos eslabones que van a formar una cadena para golpear a los enemigos.
Que los valentones del pasado reciente pongan sus barbas a remojar con estos hechos recientes, que no le hurguen los testículos al tigre.
Te lo dijo Juan para que lo entiendas, Pedro, es el refrán que deben interpretar quienes se atrevan a desafiar al poderoso Andrés Manuel López Obrador.
Vamos por todos, preconizó Lydia Cacho tras la detención del político poblano.
Abusados.