Veracruz, Ver.

     
De un plumazo


BOA

Miercoles 10 de Junio del 2020

Forjado en la movilización, la protesta y el espacio callejero, después de tres campañas presidenciales, Andrés Manuel López Obrador se aburre olímpicamente en la soledad de Palacio de Gobierno.
Entre salones alfombrados, sillas labradas por expertos ebanistas, cuadros de héroes y próceres, el presidente no lidia bien con el encierro.
Recurre a los fantasmas de los héroes revolucionarios, inventa conspiraciones, fabrica enemigos, «cucusea» a la opinión pública nacional al ordenar la redacción de un documento, al más puro estilo de la guerra fría retratada en las novelas de espionaje, llamado Bloque Opositor Amplio (BOA).
El BOA aglutina una fauna variopinta que incluye payasos como Brozo o Chumel Torres, hasta expresidentes como Felipe Calderón y Vicente Fox, pasando por las dirigencias del Consejo Coordinador Empresaria, FEMSA o la Coparmex, hasta magistrados del Tribunal Electoral del Poder del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y hasta consejeros del Instituto Nacional Electoral.
No son ocurrencias seniles, no son chistoretes revestidos de solemnidad conspiradora, esbozada, criminal. No. El presidente está sólo, no tiene enemigos fuertes, se aburre en la práctica de rounds de sombra.
El proyecto que él construyó, llamado Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), tiene todas las canicas en la buchaca en un el panorama electoral de 2021, casi rozando el «carro completo» patentado por el PRI.
A falta de enemigos respetables, confiables, pues hay que fabricar complots, aquelarres, chanchullos y demás artificios armados para arrebatarle el poder.
Esta novedosa práctica, abona, al discurso democrático mexicano, divierte al presidente y mantiene azorrillados a los adversarios.
A bailar, pues, la BOA.