Veracruz, Ver.

     
De un plumazo


Poder

Miercoles 4 de Septiembre del 2019

«Todo poder es deber», decía Víctor Hugo en aforismo exacto a las horas que vive Veracruz de Ignacio de la Llave.
Cuitláhuac García Jiménez es depositario de un poder que le concedió el elector en las urnas.
Su mandato, por tanto, deberá estar revestido por el poder, herramienta a veces filosa, otras punzante, ora coercitiva, para buscar el bien común.
Lo sucedido, en el día 277 de su mandato, fue una demostración de poder.
Jorge Winckler Ortíz, por mandato del poder legislativo erigido en Comisión Permanente, fue separado temporalmente de la Fiscalía General del Estado.
La suspensión temporal es eufemismo diplomático para barnizar que la marioneta inanimada llamada Jorge Winckler Ortíz fue echado al basurero de la historia, como acuñó alguna vez su propio titiritero.
La violencia institucionalizada de la 4ª. T llegó como un tsunami al Congreso de Veracruz para dar un manotazo de poder preciso, conciso y macizo.
Quienes intentaron con bravatas disfrazadas de valentía política desafiar el poder de Andrés Manuel López Obrador, más les valdría atarse una soga al cuello y arrojarse al mar, como diría el profeta Marcos en algún pasaje bíblico.
Se aplaude la decisión de los diputados de echar al pernicioso Winckler con una patada en el trasero.
Se aplaude esta alianza sana entre ejecutivo y legislativo para mejorar la procuración de justicia en Veracruz.
En Veracruz, ayer protestaron quienes antier violaron la ley, sería una sentencia justa para encerrar el caso Winckler.