Veracruz, Ver.

     
De un plumazo


Autonomía

Martes 11 de Abril del 2017

El fiscal, vestido discordante con el calor de la mañana, enfundado en traje negro Hugo Boss, camisa de mancuernillas, corbata palo de rosa, cabello engominado, lentes de armazón Mont Blanc y reloj deportivo de 300 mil pesos; huyó de los reporteros.
Cuando la horda inquisidora lo rodeó, miró de reojo a Miguel Ángel Yunes Márquez, se topó con un rostro medio barbado, sin expresión.
Entonces se dirigió al gran Tótem, al Tlatoani, al Tatiasca. Se escurrió lentamente hasta refugiarse en sus valencianas.
“El gobernador soy yo”, atajó el depositario del poder omnímodo, omnipotente y totalitario.
Entonces, la plebe que se agolpaba a su alrededor, comprendió que la autonomía del fiscal del estado, no era tal.
Winckler traslucía a través de los rayos del sol veraniego que no es más que un lacayo que saca fotos al todopoderoso, hincado, como ordenan los cánones de la servidumbre abyecta.