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INTERNACIONAL


Erupción del Etna hace rugir al Stromboli; sismo de 4.8 sacude Catania



El País / Roma / Miercoles 26 de diciembre del 2018

En plena noche, pasadas las tres de la madrugada de este miércoles, los vecinos de varias localidades situadas a los pies del volcán Etna (en la isla italiana de Sicilia), que entró en erupción el día de Nochebuena, se despertaron sobresaltados por una violenta sacudida que hizo temblar sus casas.

Un terremoto de magnitud 4,8 en la escala Richter, vinculado a la actividad eruptiva, ha provocado varios derrumbes en la provincia de Catania, en la isla de Sicilia, y ha dejado un balance de 28 heridos leves. El despertar del Etna ha provocado que el volcán Stromboli, situado en la pequeña isla homónima y con el que está interconectado, haya vuelto a rugir.

Según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, el terremoto, con epicentro en las localidades sicilianas de Viagrande y Trecastagni, se ha producido a una profundidad de tan solo un kilómetro, lo que ha intensificado sus efectos.

De los heridos, 10 fueron trasladados en ambulancia y tienen solo pequeñas contusiones provocadas por la caída de objetos. Otras 18 personas se presentaron por su propio pie en diferentes hospitales con heridas leves o ataques de pánico. Varias casas viejas y abandonadas se han derrumbado parcialmente en las localidades de Fleri y Zafferana Etnea, que se encuentran dentro del Parque Natural del Etna. En Fleri, un anciano de 80 años tuvo que ser rescatado de entre los escombros, mientras que una familia de cuatro personas, madre, padre y dos hijos menores, vieron como las paredes de su casa de desplomaban, pero salieron ilesos. “Estamos vivos de milagro”, declararon a la agencia de noticias italiana Ansa.“Estábamos en la cama y nos despertamos con un sobresalto. Vimos cómo las paredes se desplomaban sobre nosotros. Afortunadamente, los muebles nos protegieron del derrumbe”, añadieron.

Durante la noche, cuando la tierra tembló con mayor intensidad, mucha gente escapó de casa y salió a la calle, presa del miedo y en medio de una gran confusión. “Todo era caos, ruido y miedo”, dijo ante las cámaras de la televisión pública, RAI, una mujer de Zafferana Etnea, mientras su marido explicaba que varios vecinos se organizaron de madrugada para retirar escombros y liberar algunas calles o la entrada a algunas casas. Al mismo tiempo, varios usuarios compartieron fotografías y vídeos en las redes sociales en los que se apreciaban las consecuencias del seísmo: cascotes, casas parcialmente derrumbadas, interiores destruidos, desprendimientos en algunas iglesias o grietas en las paredes.

Después del violento terremoto de octubre de 1984 en la misma zona, de magnitud 5, en el que murió una persona y que redujo a escombros el 70% de los edificios, las viviendas se reconstruyeron con tecnología antisísmica. Esto ha reducido los daños materiales en ocasiones posteriores, como esta.

El prefecto (delegado del Gobierno) de Catania, Claudio Sammartino, ha convocado esta mañana al Centro de Coordinación de Rescates y ha organizado las primeras inspecciones en las estructuras afectadas. También ha dado la orden de abrir escuelas y centros polideportivos en varias localidades de la zona para albergar a los afectados que no pueden o no quieren, por temor, volver a casa. En torno al mediodía, el prefecto sobrevoló la zona afectada con el jefe de Protección Civil, Angelo Borrelli, para evaluar los daños. Borrelli explicó en una rueda de prensa que la lava se está enfriando progresivamente y la erupción está disminuyendo ligeramente.

Por la mañana, las poblaciones afectadas seguían sin agua ni energía eléctrica. El temblor ha provocado también daños en el mobiliario público como farolas y en las infraestructuras. Por precaución, las autoridades decidieron cerrar un tramo de la autovía Catania-Messina, después de comprobar que había daños en el asfalto.

Además, el despertar del Etna ha provocado que el volcán Stromboli, situado en la pequeña isla del mismo nombre, donde vive alrededor de medio millar de personas y con el que está interconectado, haya vuelto a rugir también y a arrojar al cielo lava incandescente, cenizas y fragmentos de lapilli (pequeños trozos de lava endurecidos). Los vulcanólogos esperaban este pico de actividad en los volcanes. De hecho, el pasado 20 de diciembre, Protección Civil, en una reunión corriente, elevó el nivel de alerta en el Stromboli, de verde, que corresponde a actividad ordinaria, a amarillo, que activa la fase de “atención”, según el plan nacional de emergencias para la isla.

El vulcanólogo Andrea Billi ha explicado a los medios de comunicación que esta actividad del volcán y los temblores asociados se encuentran dentro de la norma. “El Etna a menudo es así”, ha puntualizado y ha asegurado que previsiblemente la erupción y las sacudidas continuarán aún durante algunos días, aunque no es posible prever la intensidad.

EL ETNA, DIAMETRALMENTE OPUESTO AL VESUBIO
L.P.

La elevada actividad volcánica de Italia, cerca de la frontera entre la placa euroasiática y la africana, la convierte en un punto particularmente sensible desde el punto de vista geofísico. Con el Etna aún humeante, resultan inevitables las evocaciones al vecino Vesubio y su poder de devastación. Sin embargo, ambos tienen características vulcanológicas y estilos eruptivos completamente diferentes entre sí. Mientras que el Vesubio es mucho más violento, el Etna se considera menos peligroso. El monte napolitano es prevalentemente explosivo, es decir, el magma se fragmenta de forma violenta en su interior y provoca explosiones que pueden lanzar rocas, polvo, gases y otro material volcánico hasta a 20 kilómetros de distancia hacia la atmósfera. Y, en cambio, el volcán siciliano es de tipo efusivo, lo que significa que erupciona sin tanta violencia: la lava mana de forma fluida hacia el suelo y emite menos cantidad de gases.

La vulcanóloga del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología y directora del Observatorio Vesubiano, Francesca Bianco, explica a este periódico que el gigante siciliano nunca ha presentado grandes actividades explosivas ni de tipo pliniano, que son las más agresivas y altamente fulminantes y que deben su nombre a la del Vesubio que sepultó Pompeya, en el año 79 d.C. El Etna tiene sus características explosivas “extremadamente limitadas” explica Bianco. Esto limita considerablemente su capacidad destructiva.

La científica señala que el Etna es un volcán escudo —con poco material piroclástico (‘nube ardiente’ formada por una mezcla de gases, cenizas, rocas y aire)—mucho más parecido al Kilauea de Hawái, otro de los más activos del mundo, que al Vesubio. En la actualidad, este último, que entró en erupción por última vez en 1944 y arrasó la localidad de San Sebastiano al Vesuvio y parte de otros dos municipios colindantes, se considera un volcán activo pero quiescente, es decir “alejado de la posibilidad de entrar en erupción”.