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INTERNACIONAL


Juncker prepara el terreno para rechazar las cuentas italianas



El País / Bruselas / Martes 16 de octubre del 2018

A primera hora de la mañana, Italia consumó su amenaza al enviar a la Comisión Europea un borrador de Presupuestos que rompe con las reglas comunitarias. Las conversaciones de las últimas semanas entre Bruselas y Roma no dieron sus frutos y el ejecutivo comunitario afronta ahora un terreno desconocido: el de devolver unas cuentas a un país miembro de la UE.


El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha advertido este martes al Gobierno de Giuseppe Conte que sus cuentas violan las reglas que fija el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y le ha instado a ajustarse a las normas, lo que indica la intención de Bruselas de retornar el borrador a Roma para que sea enmendado.

El Ejecutivo de la coalición del Movimiento 5 Estrellas y la Lega ha hecho caso omiso de las advertencias que el vicepresidente Valdis Dombrovskis y el comisario de Economía Pierre Moscovici le habían trasladado de viva voz y por escrito. La Comisión había acordado con la segunda economía más endeudada de la zona euro un ajuste estructural del 0,6% del Producto Interior Bruto (PIB).

En lugar de eso, el borrador ha mantenido el desafío de situar el objetivo de déficit en el 2,4% para el año que viene. Eso supone un deterioro del déficit estructural del 0,8%, lo cual solo puede desembocar en un suspenso por parte de la Comisión Europea.

En un encuentro con medios italianos, Juncker ha seguido debatiéndose entre la mano tendida y la contundencia. Consciente de que una guerra abierta con Bruselas solo llevaría a que el gobierno italiano se creciera, el presidente de la Comisión Europea ha afirmado: “Las finanzas públicas italianas me preocupan mucho, pero no tenemos prejuicios. Discutiremos con nuestros amigos italianos de la misma manera que lo hacemos con otros países miembros, no hay prejuicios”.

Sin embargo, hasta ahora las negociaciones no han hecho sino naufragar. Y Bruselas no quiere bajo ningún concepto que Italia pueda convertirse en un precedente al que puedan aferrarse otros gobiernos de signo populista que en un futuro quieran emularla. El propio Juncker ya advirtió en una conferencia en Friburgo (Alemania) este mismo mes que si todos los países decidieran emprender esa vía sería "el fin del euro".

Los países miembros cierran filas
El presidente del ejecutivo comunitario no está solo en esa batalla con Italia. Los 18 países restantes de la zona euro cerraron filas con la Comisión en el último Eurogrupo y, uno tras otro, repitieron el mismo aviso: “Las reglas están para cumplirse y son iguales para todos”. “Si aceptáramos todo lo que el gobierno italiano nos propone, tendremos reacciones contrarias de otros países de la eurozona”, ha añadido Juncker, quien ha tildado de "estupidez" la acusación de que está mantiene una actitud hostil con Italia.

Conte podría encontrarse la primera reacción hostil del resto de países integrantes de la moneda única esta misma semana. El jueves al mediodía los estados de la UE participarán en una cumbre del euro. Fuentes oficiales del Consejo aseguran que el caso de Italia no está en el orden del día. Pero tampoco lo estaba en el último Eurogrupo, hasta que Francia y Países Bajos pidieron explicaciones al ministro de Finanzas, Giovanni Tria.

Italia podría recibir una reprimenda de varios líderes europeos, en especial los de los países nórdicos. Sin embargo, fuentes diplomáticas confían en que la discusión quede aparcada hasta el Eurogrupo de noviembre, cuando la Comisión ya habrá retornado el borrador a Roma para que sea enmendado. A algunos países como Francia, añaden, no les interesa que la discusión se desvíe de los objetivos de la cumbre: avanzar en la reforma del euro para alcanzar un acuerdo en el encuentro de diciembre.

De forma paralela, la Comisión Europea se adentra en un terreno desconocido hasta ahora. Desde hoy tiene una semana para solicitar a Italia que le despeje todas las dudas que tenga sobre sus presupuestos. Si Bruselas considera que las cuentas no se ajustan a las normas europeas –como ha indicado este martes Juncker— deberá pedir que las rehaga antes del 30 de octubre. Italia entonces tendrá dos opciones: acceder a las peticiones de la Comisión o seguir adelante con su proyecto. Si se niega o no contesta, Bruselas pondrá en marcha entonces el procedimiento para meter a Italia en el brazo correctivo por su elevada deuda. Y la negativa contará como argumento para hacerlo.