Veracruz, Ver.

     
INSóLITAS Y CURIOSAS


Halla bajo tejado de catedral carta de su abuelo escrita hace 88 años



El País / Alemania / Jueves 20 de septiembre del 2018

La inflación y el enorme paro que asolaban Alemania a principios de los años 30 llevaron a Willi Brandt, un joven de 18 años que a duras penas se ganaba la vida reparando el tejado de una catedral, a dejar por escrito un lamento y una esperanza: "Hemos dejado atrás duros tiempos de guerra (...) Esperamos que vengan tiempos mejores". Nada de particular tendría este mensaje, que Willi y sus tres compañeros de faena escribieron a máquina, si no fuera porque lo metieron dentro de una botella de cristal, lo escondieron bajo el tejado de la catedral y ahora, 88 años después, ha sido su nieto quien lo ha encontrado en Goslar (Alemania).


Además, el mensaje ha salido a la luz cuando Peter andaba metido en la misma faena que su abuelo: reparar el tejado de la catedral. "Ha sido un hallazgo emocionante", expresó Peter Brandt, de 52 años, techador como el abuelo Willi. Al ver el mensaje guardado en la botella, reconoció la firma de su familiar. En el texto daba detalles de las duras condiciones laborales de la Alemania que, solo tres años después, tendría a Adolf Hitler como canciller. "Hemos trabajado una semana entera por una libra de mantequilla y una pieza de pan", se lamentaba aquella cuadrilla de obreros.

Willi y Peter coincidieron en el tejado cuando el nieto tenía 12 años y disfrutaba de sus vacaciones escolares, pero su abuelo nunca le habló de la botella escondida ni del mensaje. "Era muy reacio y cerrado", recuerda Peter. El deseo de esperanza por el futuro que había firmado Willi se vio truncado pronto: soldado del ejército alemán en la II Guerra Mundial, cayó preso de los rusos. Terminó volviendo a Goslar para retomar su trabajo de techador, pero nunca le habló a su nieto de su experiencia en la guerra. La curiosa aparición del mensaje aparece recogida en el diario The Washington Post y el digital The Local, que cita a la agencia DPA.

Este mes el alcalde de Goslar, Peter Brandt, y vecinos de la pequeña ciudad, de 43.000 habitantes, han devuelto la botella al lugar donde fue encontrada, pero el mensaje no. En su lugar han depositado una copia y han añadido un documento nuevo, cuyo contenido el regidor prefiere mantener secreto. El texto original del 26 de marzo 1930 quedará custodiado en los archivos municipales. Parte del peculiar mensaje en botella que nunca vio el mar se ha cumplido: "[Que] nuestros descendientes encuentren esta carta en tiempos mejores".