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Destinos a descubrir; pueblos mágicos



Excelsior / Ciudad de México / Jueves 30 de marzo del 2017

Se acercan rápidamente las vacaciones de Semana Santa y aunque para muchos son sólo cuatro días de descanso hay otros que tienen dos largas semanas de relajación, ideales para conocer rincones escondidos de nuestro país.

Para armar el itinerario ideal y poder disfrutar de momentos y lugares inolvidables, hay cientos de opciones en la web donde se puede encontrar vuelos, camiones, tours y hoteles, sin embargo, para los amantes de las aventuras, hay sitios muy cerca de la Ciudad de México que pueden maravillar a nacionales y extranjeros y, que si se atreven, pueden tomar mochila y manejar hacia ellos sin siquiera saber dónde pasarán la noche.

La página visitmexico.com tiene una extensa lista de Pueblos Mágicos que se han ganado ese título gracias a las bellezas naturales y arquitectónicas que ofrecen. A continuación algunos sitios que pueden ser una excelente opción para escapar de la capital y respirar un aire diferente.

Angangueo

A tres horas y media de la Ciudad de México.

Este pueblo del Estado de Michoacán es el mejor situado para visitar los santuarios de la mariposa monarca, un espectáculo natural en el que los árboles se llenan de colores gracias a las alas naranjas y negras de estos insectos. Angangueo también es un modelo clásico de pueblo minero y esto le regaló grandes construcciones como iglesias, además de casitas con techo de teja y montañas siempre verdes.

Capulálpam de Méndez

A seis horas y media de la capital.

La Sierra Madre Oriental es el escenario de este tradicional pueblo oaxaqueño, que es rodeado por bosques vestidos de niebla donde habitan pájaros y jabalíes, jaguares. Su gente —que aún habla zapoteco— se enorgullece de sus raíces y profesa un gran respeto por la naturaleza; sus paisajes y sus construcciones llenas de historias, viven en armonía y lo convierten en un sitio memorable. El Centro de Medicina Indígena Tradicional y la cueva Del Arroyo son lugares imperdibles.

Huasca de Ocampo

A dos horas y media de la Ciudad de México.

Es un pueblo al final de la montaña en el que aún se ve la bonanza de viejos tiempos, cuando se construían haciendas que convirtieron al Conde de Regla en el hombre más rico de su época. Ahora son parte de un escenario con bosques y barrancas. Los Prismas Basálticos que se pueden ver desde los jardines de la exhacienda son joyas naturales.

Mazamitla

A siete horas de la Ciudad de México.

Jalisco es dueño de este pueblo que se sumerge en la sierra y es rodeado por el lago de Chapala; el centro con sus calles empedradas, las casas blancas con portones de madera y la relación con la naturaleza hacen de éste un destino impresionante, donde hay actividades para los amantes del ecoturismo y los deportes de aventura.

Salvatierra

A cuatro horas y media de la capital.

El estado de Guanajuato ofrece este encuentro de dos mundos. La influencia española provocó plazas, conventos y templos entre los que destaca el Templo de las Capuchinas, que forma parte de la Ruta de los Conventos, un recorrido reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad.