Veracruz, Ver.

     
Hábil




Coordenadas

La carrera presidencial del 2024 empezará el 7 de junio



Domingo 16 de Mayo del 2021

En las próximas elecciones del 6 de junio, el significado del éxito será diferente para cada organización política.

En el caso de Morena y el presidente López Obrador, ¿cuál es el resultado electoral que representaría un “triunfo”?


En el plano federal, sin duda el ratificar su mayoría calificada en la Cámara de Diputados. En el estatal, ganar por lo menos 10 gubernaturas.

Concentrémonos por ahora en el plano federal.


Sea por la fórmula que sea, para Morena, mantener el control de las dos terceras partes más uno de los asientos en la Cámara baja, es algo conveniente para asegurar los proyectos de largo plazo de la 4T.

Sin embargo, alcanzar la mayoría absoluta aún sin llegar a la mayoría calificada, no podría considerarse una derrota.

Permítame explicarle.

La alianza PRI-PAN-PRD, “Va por México”, en 219 de los 300 distritos electorales, fue una jugada de riesgo pero qué al mismo tiempo ofrece una gran oportunidad para los partidos que la integran.

El riesgo radica en que puedan perder el respaldo de los militantes que tradicionalmente se han identificado con alguno de estos partidos.


La pérdida de votantes panistas tradicionales en 2018, con su alianza con el PRD y Movimiento Ciudadano (MC), es un ejemplo de este hecho.

Las alianzas no necesariamente se traducen en la suma de las preferencias de los electores que votarían individualmente por alguno de los partidos que la conforman.

Del otro lado, la oportunidad radica en que los opositores al gobierno puedan ver en ese vehículo la opción para articular un bloque que pueda enfrentar a Morena y sus aliados en éste y en los siguientes procesos electorales.

Obviamente, esa posibilidad hubiera crecido si MC se hubiera sumado a ella.

Pese a ello, si en las elecciones el 6 de junio la alianza logra triunfos que impiden que Morena y sus aliados obtengan la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, se acreditaría una victoria que mostraría que un vehículo de esa naturaleza puede hacerle frente al gobierno actual.

Esto sería muy relevante en la perspectiva de 2024.

Si, a pesar de la alianza, Morena y sus aliados obtienen la mayoría absoluta, probablemente no se logre acreditar la viabilidad de un frente opositor para el 2024 y por lo mismo podría existir el incentivo de que alguno o algunos partidos, probablemente el PRI en primera instancia, se acerquen a Morena con el objeto de buscar posiciones de poder en la perspectiva de 2024.

Ese escenario podría conducir a que, a pesar de no haber obtenido la mayoría calificada en las urnas, Morena pudiera aspirar a obtenerla a través de la negociación política.

Otra alianza posible es con Movimiento Ciudadano, en caso de que sume un número significativo de curules y que se distancie del bloque opositor.

Aunque, igualmente, MC podría inclinarse por hacer alianzas con el PRI y el PAN, lo que daría más fuerza a un bloque opositor en la Cámara.

Pareciera faltar mucho tiempo para el 2024, pero como le he comentado en este espacio, la carrera por la elección presidencial tradicionalmente comienza después de las elecciones intermedias.

En el caso de Morena, en la segunda mitad de este año, se podrá perfilar con más claridad si aparecen en el escenario más aspirantes a la candidatura presidencial fuera de los ya mencionados hasta ahora: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal.

El panorama político que se aprecia hasta ahora muestra que sería prácticamente imposible que la oposición pueda ser competitiva si cada partido lanza a su propio candidato.

La única posibilidad de competir a Morena en la elección presidencial sería mediante una alianza y para ello, en estas elecciones debe mostrarse que “Va por México” puede dar resultados favorables para sus integrantes.

Si la alianza opositora no se acredita como un vehículo que es capaz de ofrecer triunfos, entonces va hacer más difícil configurarla para las próximas elecciones presidenciales, con lo cual aumenta la posibilidad de que Morena pudiera volver a ganar.

Y para el 2024, en los siguientes meses, necesitarían empezar a perfilarse figuras capaces de encabezar a una coalición de partidos y atraer también a una parte de quienes votaron por AMLO en 2018.

Insisto, aunque parece faltar mucho tiempo y hay demasiadas cosas que aún pueden ocurrir, la historia reciente muestra que es más factible que gane un candidato opositor que se construya con tiempo. Casos como el de Vicente Fox, Enrique Peña Nieto y el propio López Obrador lo muestran.

Si para el arranque del 2022 no hay dos o tres figuras viables que puedan aglutinar a la oposición, va a ser ya muy complicado construir una candidatura que pueda aspirar a un triunfo.