Vida oculta

Delincuentes de lesa humanidad

Sabado 5 de Agosto del 2017

Pinches reporteros de quinto patio, ya no pueden reunirse en el bulevar como antaño, en los tiempos idos del periodismo romántico.

Aquí, la libertad de expresión no existe, tampoco la libertad de reunión y tránsito.

En esta administración chicharronera -sólo sus chicharrones truenan, of course-, un grupo de reporteros reunidos para tomar una cerveza viendo el mar, después de una jornada laboral, es sinónimo de complot mayúsculo.

Los reporteros son agentes perniciosos, incuban una revuelta social con sus plumas, libretas, cámaras y micrófonos.

Llévenselos al Penalito de Playa Linda, después averiguamos, fue la orden dictatorial, porfiriana.

Enciérrenlos en caliente, fue la orden tajante, fulminante, indubitable.

En este pedacito de patria donde la tiranía tiene vista al mar, los periodistas tienen prohibido tomarse una cerveza viendo al Golfo de México.

Serán perseguidos como anticastristas cubanos, traidores de la patria chica, delincuentes de lesa humanidad, factores desestabilizadores del buen gobierno.

Nuestra solidaridad con Víctor Ochoa, director de la agencia Portafolio Veracruz, Juan José García, corresponsal de la agencia AVC, Víctor Hugo Yáñez, fotoperiodista de AVC, Horacio Zamora y Alejandro Ávila de Al Calor Político y Carlos Navarrete, conductor de noticiarios en Grupo Radio Fórmula.

Un abrazo a Roberto Méndez, reportero de guardia de El Dictamen, cuyo delito sin derecho a fianza fue cubrir su jornada para el periódico más antiguo de México; también fue embotellado en el penal de marras.

Que esta experiencia los motive a escribir una crónica anunciada de represión a las libertades ciudadanas.

Que sean émulos en la práctica de Salvador Díaz Mirón, Ricardo Flores Magón, el gran Gabo y Ryszard Kapuscinski.

¡Escribid compañeros una epopeya periodística a sangre fría de una noche en prisión, como el gran Capote!

Sean libertarios de su propia conciencia.

¡Su verdad los hará libres!