Veracruz, Ver.

     
Luzma Cordero Velasco




Taller de letras

El tiempo y sus heridas



Martes 10 de Enero del 2017

El día empieza a durar menos, casi no rinden las horas, el tiempo pareciera llevar prisa y hasta el clima está cambiante. Es como si se anunciara el presagio del recuerdo en mi memoria sombría, con la nostalgia a cuestas y la razón retorcida.

Pues todo esto tan solo me “prepara”, si se le puede llamar así; para un momento que sin duda llegará, quizá ya no con tanto pesar como hace casi un año, cuando el dolor inundaba cada cosa que hacia, cada momento en mi vida, cuando mi mirada era gris y a la vez perdida, con la sonrisa desencajada, y alma a la deriva.

Es inevitable no voltear atrás y hacer un recuento del daño personal y espiritual, cuando los días han pasado con dificultad y los meses tan lentos como incesantes transcurren, planos y sin hacerse notar. Y no es que cuente el tiempo, tan solo tiene que pasar, pero la herida de tu ausencia sigue latente sin cerrar.

Hoy tan solo a 2 meses de cumplirse un año de tu partida, sin un día que pase sin recordar, un momento, una palabra tuya, una sonrisa, me haces falta, lo sabrás. Pero tan solo trato de ser fuerte y apaciguar el yugo del vacío que dejaste en tu lugar.

Sin embargo me enseñaste que la vida debe seguir y trato aun que muy a cuestas levantarme y remontar, recuperando mi vida, recuperando la fe, recuperando las ganas y la energía que deje perder.

Pues con lo nublado de los días y cuando el viento empieza a soplar con tintes del otoño que empieza a llegar, tan solo me quedo pensando que hay algo que la vida a la fuerza me enseñó, y es que el tiempo no perdona ni se toca el corazón.

Estas son las realidades que resiento con dolor, pero tomo aire y suspiro al llamarte con deseos de que vuelvas madre, por que nada ni nadie podrá devolverme el brillo en la mirada que tenía cuando tú estabas y me llenabas con tu especial amor.