Veracruz, Ver.

     




Lo que cuentan las caricaturas de Naranjo



Viernes 18 de Noviembre del 2016

Un mal como lo es el analfabetismo ha instado a la creación de otras tantas genialidades. Desde aquellas en la vida diaria como los señalamientos en el metro, sencillos y concisos que cualquiera puede interpretar y decidir entre Indios Verdes o Coyoacán, hasta el surgimiento de un género de periodismo: la caricatura política.

Además de informar e influenciar, ya que es el género más sugerente, la caricatura es un retrato, pasados los años bastará asomarse a las obras de los caricaturistas para obtener la idea general de lo que pasaba en el país, estado o ciudad en aquel momento.

El 11 de Noviembre falleció un excelso caricaturista mexicano, retratador de la realidad con acidez e ironía: Rogelio Naranjo. Fundador y colaborador de la revista proceso y el periódico El Universal, activo caricaturista hasta el momento de su muerte. Maestro de generaciones de caricaturistas, Rogelio Naranjo falleció a los 78 años por un paro cardíaco.

Ha dejado el testimonio de una época y de su talento. Directa o por obra de su trabajo Naranjo influenció a caricaturistas contemporáneos. El constante trabajo y proyección de sus ideales han servido también de inspiración.

Su certera pluma toma al mexicano de todas las clases sociales y hace un análisis visual, semiótico y certero de ello. Reírse de uno mismo es saludable, y la sátira caricaturesca de Naranjo tenía la razón de destacar el defecto, el lugar común de un ser y elevarlo a la décima potencia. Una peculiaridad de este autor fue describir situaciones dentro de los mismos personajes, la relación anatómica con las metáforas son el estilo dominante en gran número de sus obras.

Las ideologías, los grupos y los intereses, todo puede reflejar una caricatura. Naranjo resaltaba y su enseñanza se dirigía a la cuestión moralmente negativa. Fue censurado por la opinión política que denotaban sus dibujos, más no por la estética de su trazo y se estima que realizó 12 mil dibujos en toda su carrera.

Uno de sus dibujos representativos es el mexicano con sombrero, bebida, pistolas al cinto, sombrero ancho estereotipado, abundante bigote, una calavera a sus pies que no intimida al individuo y que, al contrario es símbolo identificativo de la cultura y el «Me vale madre» bien en alto. La cohesión de un imaginario con tintes de humor, es verse en un espejo.

La imagen embajadora de la personalidad mexicana para el mundo ha sido también aplicada en el mismo creador de esta. Naranjo, quien describió crisis, las situaciones políticas, la opresión en el país, las últimas de los dirigentes y todo ello sin palabras.

Para alivio de quienes no son muy ávidos de la lectura de periódicos o portales informativos podrán dar una hojeada a la sección de caricatura y tener una vaga idea de lo que está aconteciendo, sin que les digan las cantidades seguidas de interminables ceros que han sido robadas por funcionarios públicos, sin las malas noticias, sin la ola de señalamientos y palabras sacadas del siglo de la inquisición.

De ahora en más faltaran las obras de Naranjo, sin embargo puede encontrarse como frases de un autor se encuentran en libros de otro, así el trazo de Rogelio Naranjo se ve en las pinceladas de sus admiradores y predecesores.