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Sopapo |
Martes 26 de Octubre del 2021
Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la mesa directiva en San Lázaro, anda desatado, como potro desbocado.
El legislador minatitleco va a todas las reuniones, atiende invitaciones hasta para ceremonias de coronación de reyes infantiles en los jardines de niños y niñas.
Si hay un funeral, quiere ser el muerto. El chiste es hacer presencia.
Si hay una fiesta de XV años, quiere abrir el valse con la quinceañera.
Más allá de la picardía que provoca el acelerado ritmo del sureño, está la diplomacia política del respeto a las formas de la política.
En política la forma es fondo dicen los clásicos.
Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe, reza la mexicanísima conseja.
‘No lo conozco’ atajó ya el gobernador Cuitláhuac García Jiménez respecto al activismo del morenista de nuevo cuño, sin raigambre, establo o ligas con la lucha social en el estado de Veracruz.
La advertencia fue clara: no vengas a mi casa sin invitación; mucho menos te metas hasta la cocina sin traer siquiera unos chanchamitos (tamales de masa minatitlecos) para el anfitrión.
La 4T que cobija a su gobernador reaccionó con virulencia hacia el extraño que quiere hacer roncha en la política veracruzana.
La aldea es nuestra, le mandaron a decir a Sergio Gutiérrez Luna.