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Jueves 11 de Febrero del 2021
La política mexicana está llena de paradojas incomprensibles, indigeribles, indignas.
En un país con 170 mil muertos debido a la Covid-19, que ha sido el peor país, después de Estados Unidos y Brasil en contener la pandemia, se festina con la “misión cumplida, presidente”, frase para la posteridad del canciller Marcelo Ebrard al recibir el primer embarque de tres mil dosis de la vacuna de Pfizer.
En visión demencial de la realidad, al día de hoy sólo se han vacunado a 724 mil 707 mexicanos y mexicanas, entre ellos a los Servidores de la Nación.
Al paso que llevamos, según proyección de la Universidad de Oxford, vacunar a 70 millones de mexicanos de una población total de 126 millones 14 mil 024 habitantes, podría ser el 6 de octubre del 2078, es decir en 57 años.
Ya no estará el canciller Ebrard para gritar a todo pulmón: misión cumplida.
El presidente AMLO, a quien su fuerza moral, las estampitas y los detentes no pudieron alejarlo del bicho, ha dicho que en este México nuestro jamás se incurrirá en la represión para atajar la pandemia, por ello, el uso del cubrebocas es por libre albedrío; tan es así que él mismo no lo usa porque ya no contagia, según su discurso.
Sin embargo, el senador Ricardo Monreal busca que el Estado Mexicano, a través de la 4T, regule los contenidos en las redes sociales, en franca tentación a la represión oficial, ya que las garantías individuales sólo se ejercen contra el Estado, no hacia las empresas privadas que tienen sus propias reglas que acepta el individuo al momento de cliquear la aceptación de sus políticas.