Segundo año

Miercoles 11 de Noviembre del 2020

El gobierno de Cuitláhuac García Jiménez se enfrentará a dos grandes retos el año próximo.
La pandemia del Covid-19, llegada de China en febrero a este país, mantiene a la población veracruzana en vilo, diezmada en fuerza laboral, en salud pública; pero, sobre todo, en la esperanza colectiva del bien común para el 2021.
Muchas cabezas de familia se han quedado sin trabajo, 5 mil 145 familias veracruzanas sumidas en el dolor por perder a un ser querido en esta batalla contra el maldito bicho.
Hay que precisar que no es culpa de Cuitláhuac García Jiménez esta situación.
Sin embargo, en la elección del primer domingo de junio del 2021, la población con mayoría de edad, enlistada en el padrón electoral, hará una evaluación en las urnas, respecto de los logros y promesas cumplidas del maestro universitario.
Otra losa pesada para Cuitláhuac García Jiménez, es el presupuesto estrecho, recortado, estimado en 128 mil 420 millones de pesos, dinero que en cifras totales suena a una barbaridad de marmaja; pero en el desglosado, más de 90 centavos de cada peso se va en la gorda democracia estatal y en los gastos operativos.
La reducción de los presupuestos estatales le pega a Veracruz en mil 563 millones de pesos menos, el presupuesto que recibe cada año el Puerto de Veracruz, en comparación de la sangría económica que esto representa.
Aún con estos dos hándicaps, Cuitláhuac García aparece como el tercer gobernador más honesto de los 32 mandatarios y tiene a Veracruz en el ranking 10 en seguridad pública, con una disminución del 58 por ciento en las tasas de secuestro.