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Justicia violentada |
Martes 27 de Octubre del 2020
Resistió más la pandemia de Covid-19 que la presidencia de Sofía Martínez Huerta en la presidencia del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz.
Y es que apenas tres semanas antes de su nombramiento como titular del Poder Judicial, el martes 3 de diciembre del 2019; el 14 de octubre de 2019, Sofía Martínez Huerta fue designada magistrada por el Congreso local (con mayoría de diputados de Morena), a propuesta del gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
Un ascenso meteórico; una caída fast track.
Los magistrados nunca estuvieron de acuerdo en la imposición de Martínez Huerta, quien a su llegada al TSJE fue como si entrara una niña a una juguetería sin la tutela de un adulto, dejando un estropicio a su paso.
Diez meses de pesadilla para abogados, jueces, magistrados y personal del Poder Judicial porque la magistrada presidenta no cuidó las formas y permitió que su prole se sirviera con la cuchara grande, instalando secretarias, auxiliares y demás burocracia, al amparo del poder.
La magistrada Isabel Inés Romero Cruz, nombrada por sus compañeros togados como nueva presidenta del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) del estado de Veracruz, en sustitución de la defenestrada Sofía Martínez Huerta, tiene la misión de ordenar la casa de la justicia en Veracruz y fijarle nuevamente la pañoleta a los ojos de la justicia, violentada, ultrajada y sobajada en el estado.
Que así sea, que la justicia emerja impoluta de este chiquero llamado TSJE.