Traición morenista

Miercoles 27 de Noviembre del 2019

El ideario morenista, sembrado por Andrés Manuel López Obrador en los 2 mil 457 municipios que ha recorrido, es claro: «estás conmigo o en contra mía».
El mismo AMLO es producto de una escisión partidaria, cuando se marchó del PRI acompañado de Porfirio Muñoz Ledo con quien formó aquel Frente Democrático Nacional que mandó a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano a la presidencia, en 1988.
Por exige lealtad a su partido. Él lo construyó desde la primera piedra.
Valga la nota introductoria a la sazón de la sanción impuesta por la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena, que decidió expulsar de ese partido a los diputados locales Augusto Nahúm Álvarez Pellico, Jessica Ramírez Cisneros y José Magdaleno Rosales Torres, quienes han emitido críticas contra el gobierno del morenista, Cuitláhuac García Jiménez.
Sin Morena, los tres diputados no estarían sentados en una curul.
Es cierto, la tolerancia debe ser componente esencial en un partido político; sin embargo, apoyar al enemigo, es traición. Y las traiciones se pagan.
Después de este calambre, los tres legisladores, quienes escucharon el canto de las sirenas azules en el tema Jorge Winckler, pudieran ser perdonados.
De ellos depende.
En caso contrario, serán echados de una vez y para siempre del paraíso morenista cuyo guardián en Veracruz es Cuitláhuac García Jiménez.