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Justicia |
Martes 6 de Agosto del 2019
Los periodistas somos desconfiados, quisquillosos, alertas, a veces caníbales; pero siempre solidarios cuando vemos caer un compañero de oficio.
Compañeros de la zona conurbada alzan la voz por el crimen de Jorge Celestino Ruíz, ocurrido el pasado viernes 2 de agosto en La Bocanita, municipio de Actopan.
Ya no queremos que esta muerte sirva de argumento para un pleito estéril entre el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y el fiscal Jorge Winckler, prolongado 249 días, desde que el maestro universitario tomó posesión del ejecutivo estatal.
Tampoco toleramos que el cadáver del compañero Jorge Celestino Ruiz Vázquez sea un fiambre político que despedacen los actores de poder en esta pelea inútil.
Nos resistimos «a inscribir este suceso en una numeralia que rebasa los veinticinco asesinatos de periodistas en Veracruz durante los últimos doce años bajo el desfile de cinco gobernadores –incluyendo el actual- sin que la impunidad se frene, ni la justicia se imponga y sobre todo la sangre repleta de tinta, imágenes y sonidos honestos se detenga».
Ya no más carne de cañón para los hombres del poder.
Jorge Celestino Ruiz Vázquez ganaba un peso por cada ejemplar del Gráfico de Xalapa que vendía.
Sólo su dignidad lo sacó a flote, en el día a día de la precariedad miserable que nos da este oficio.
Descansa en paz Jorge Celestino Ruiz Vázquez.
Esperaremos, con a pluma en la mano, que haya justicia.