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Reestructuración apresurada |
Miercoles 31 de Julio del 2019
La LXV Legislatura de Veracruz de Ignacio de la Llave es un poder pachorrudo, lento, apático, sin brújula, sin orden.
Diputadas y legisladores esperaron hasta el último día del segundo periodo ordinario de sesiones para ir a la discusión de la deuda bancaria de 41 mil 769 millones de pesos que les envió el ejecutivo, representado por Cuitláhuac García Jiménez.
José Manuel Pozos Castro, presidente de la Mesa Directiva en el Congreso, se despertó esta mañana con la esperanza que su pastor parlamentario, Juan Javier Gómez Cazarín, quien además es el presidente de la Junta de Coordinación Política, haya hecho los aquelarres necesarios, tejido amarres suficientes, consensuado voluntades entre los demás coordinadores parlamentarios, para ir a una discusión de mero trámite.
Eso soñó José Manuel Pozos Castro.
Lo cierto es que los once panistas, quienes siguen, temen y obedecen a un líder que no se ha ido, votarán en contra o de plano no asistirán a la sesión última, en desplante de un poder que aun mueve hilos en el legislativo.
Lo cierto es que hay por lo menos ocho morenos enojados porque los secretarios de despacho ni siquiera les toman las llamadas, ni leen sus cartas, ni abren los matasellos de oficios que les giran en busca de apoyos para sus distritos.
Las matemáticas simples indican que no hay acuerdos mínimos necesarios para votar a favor de esta reestructuración bancaria.
En el transcurso del día sabremos la verdad.