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Lunes 17 de Septiembre del 2018
Cuitláhuac García Jiménez es gobernador electo sin una foja de controversias legales en tribunales.
Su victoria fue tan aplastante que no dejó resquicio a la duda.
La gente, los electores, ciudadanos, gobernados, todos, tenemos la certeza que será el próximo gobernador por un período de seis años.
Sin embargo, Cuitláhuac García no parece gobernador electo.
Y eso, en ciencia política, es grave.
La agenda sigue en manos de Miguel Ángel Yunes Linares, pese a que es estado se cae a pedazos.
El discurso de Cuitláhuac es incoloro, inodoro e insípido.
No sabe como contener a un gobernador a quien ya nadie le cree.
Yunes le sigue imponiendo tema mediático al sucesor.
Es hora que el electo de un manotazo sobre la mesa; que transpire el poder, a dos meses y medio de ser ungido.
Que sea coherente. Que desbarate con argumentos lógicos, irrebatibles, sólidos, lo que fabrica el gobernante en turno, quien, en procesión de salida, avienta un cohetón por cada día que se le descuenta al calendario del poder.
Si Cuitláhuac acusa a Yunes de malbaratar el parque vehicular la Secretaria de Infraestructura y Obras Públicas, que en las próximas horas presente una denuncia de hechos en la FGE.
Así de simple.