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El día después |
Lunes 26 de Junio del 2017
El ruido mediático se amplifica en autojustificación inútil ante el fracaso.
Nadie les cree.
Los gobernados se atrincheran en sus miedos colectivos, sabedores de su indefensión ante el monstruo de la violencia imparable, impune.
Los gobernantes arman comisiones especiales, fiscalías que al final harán el papel de enterradoras de cuerpos y de la verdad de las cifras de ejecuciones que van al alza.
El gobernante se multiplica ante los medios nacionales tratando de explicar lo inexplicable.
Aquí, en la granja veracruzana, ya nadie le cree.
Ni siquiera los trolls y bots contratados para inflar su gobierno virtual, de Xbox.