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Serenarse |
Domingo 28 de Mayo del 2017
Andrés Manuel López Obrador tuvo una semana negra, con epicentro en Veracruz.
Sabedor que su presencia irrita al inquilino de Palacio de Gobierno, el tabasqueño viene a regodearse con la hiel que derrama su adversario.
Sin embargo, en este forcejeo verbal que mantienen, las cosas se salieron de control en el ánimo incendiario del moreno.
Después del huevazo de Huatusco, el genio de Andrés Manuel se descontroló, la insulina se le disparó y vio a todos como enemigos de su proyecto, entre éstos, a varios medios de comunicación y periodistas.
Se peleó al aire con Pepe Cárdenas, con la señora Aristegui, con Televisa, con reporteros locales, llamándoles serviles a la “mafia del poder”.
Entró AMLO en un camino ya andado. Su verdad no es la verdad universal. Debe descalzarse de la intolerancia hacia los medios de comunicación.
Que alguien le recuerde que sentirse presidente en la víspera le sucedió en el pasado.
Cuidado.