El País / Inglaterra / Jueves 20 de mayo del 2021
Los diez primeros puestos de la lista de los deportistas mejor pagados en 2020 que acaba de publicar la revista Forbes están ocupados en su mayoría por figuras de los deportes llamados de masas. Fútbol, baloncesto, tenis o fútbol americano. Disciplinas que reúnen a millones de aficionados de todo el mundo ante los canales de pago de las televisiones en horarios de máxima audiencia. Sin embargo, el primer puesto este año no lo ocupan ni Messi, segundo con 107 millones de euros; ni Cristiano Ronaldo, que cierra el podio con 98 millones. El irlandés Conor McGregor ha sido el que más ha ganado, con un total de 180 millones de dólares, unos 147 millones de euros.
No es futbolista ni tenista, es luchador de artes marciales mixtas. Un deporte que le ha proporcionado a McGregor unas ganancias dentro del octógono, es decir, peleando, de unos 20 millones. Los 127 restantes los ha amasado entre patrocinios y sus negocios personales. Su ascenso a lo más alto de esta lista, en la que ha desbancado al mejor tenista de la historia Roger Federer, es la última conquista de un hombre que tiene detrás una historia de superación y que desde hace muchos años llena titulares con incidentes violentos y excentricidades. Al mismo tiempo, presume de estabilidad familiar y acaba de celebrar el nacimiento de su tercer hijo junto a su prometida Dee Devlin. El nuevo miembro del clan, Rían, ha llegado al mundo con su padre situado en salario por delante de superestrellas como Neymar, LeBron James o Tom Brady.
Resulta llamativo que Conor McGregor haya sido el deportista que más ha ganado en un momento de su carrera como luchador de la UFC (la principal empresa de artes marciales mixtas del planeta), en la que se le considera semi retirado. El irlandés alcanzó una enorme popularidad hace una década, aproximadamente, y no solo por sus capacidades en esta disciplina de contacto en la que se permiten los puñetazos y las patadas, así como también los rodillazos, los codazos o las estrangulaciones. Irrumpió en la élite de este singular deporte rompiendo moldes, con una personalidad carismática y con estilo distinto al del resto de luchadores. Más moderno, muy cuidado en su peinado y ropa, y con tatuajes a la última. Su carácter provocador y sus victorias hicieron el resto. Ha sido campeón en peso pluma y en peso ligero, pero hoy, a punto de cumplir 33 años, no ocupa los primeros puestos de los rankings de la UFC. Es más, anunció su retirada en 2016 en Facebook y al día siguiente se retractó. Lo mismo sucedió en marzo de 2019 a través de Twitter, y al final The Notorius, como se le apoda, decidió regresar al octógono. Su próxima pelea está prevista para el mes de julio y será la tercera contra Dustin Poirier. La última se saldó con una derrota de McGregor en tiempo récord y por primera vez en su carrera, por K.O. Una situación delicada que no ha frenado su popularidad en un deporte en el que empezó tras ser víctima de bullying en el instituto de su Dublín natal, y que le ha llevado de ganar 150 euros al mes a 150 millones al año.
Gran parte de la culpa de su primer puesto en la lista de Forbes la tiene la venta de su marca de whisky, Proper No. Twelve, de la compañía Eire Born Spirits, propiedad del propio luchador y de su representante, según explica la revista. Desprenderse de ese negocio le habría proporcionado unos ingresos de unos 100 millones, aunque el irlandés tiene otros, así como propiedades. Una de ellos consecuencia de su carácter competitivo, ya que compró un pub en Dublín donde tuvo un enfrentamiento a golpes con un hombre solo para no volver a dejarle entrar en el local.
No ha sido su única polémica. Su equipo y él han protagonizado trifulcas con otros luchadores antes y después de varias peleas. McGregor llegó a ser arrestado en Miami por robo, tras quitarle el móvil a un admirador que le estaba sacando fotos. Algo que contrasta con una imagen de hombre cariñoso con su familia. Suele compartir imágenes entrañables con sus hijos y con su pareja, y de la vida de lujo que disfruta junto a ellos. Colecciona coches y relojes de lujo, y tiene un Rolls Royce personalizado. Posee una mansión en Marbella, otra en Irlanda y un auténtico palacio en Las Vegas, aunque ahora reside en Emiratos Árabes Unidos. También un yate Lamborghini, y ha demostrado otras excentricidades como pagar casi 900 euros por un entrecot bañado en oro en un exclusivo restaurante de Nueva York.
Otras parecen menos viables, como su deseo de tener un equipo de fútbol. Ha dicho que le gustaría comprarse el Manchester United. Pero algunas ya son un hecho. En 2016 tuvo un encuentro en la ciudad de los casinos con Cristiano Ronaldo, que quedó grabado en un vídeo que esta semana se ha hecho viral. En aquel momento el portugués era el mejor pagado, y McGregor le decía: “Eres el número 1 de la lista Forbes, yo soy el 35 o algo así, pero voy a subir. Tal vez el año que viene te pille”. Ha tardado cinco, pero lo ha conseguido.