rt.com / Estados Unidos / Jueves 15 de octubre del 2020
Un hombre de 30 años de Hawthorne (California, EE.UU.) ha sido condenado este martes a dos años y medio de cárcel por eyacular dentro de botellas de agua y depositar semen en la comida y en las pertenencias de una compañera de trabajo de forma reiterada, según consta en un comunicado de la oficina del fiscal del condado de Orange.
El condenado, Stevens Millancastro, trabajó junto con la víctima entre 2014 y 2017 en las oficinas del fabricante de artículos de plomería y construcción Mega Western Sales de la ciudad de La Palma, detallan medios locales.
Los hechos sucedieron luego de que la damnificada lo denunciara por acoso sexual, logrando que el hombre —que estaba obsesionado con la mujer, según los fiscales— fuera obligado a someterse a un programa de entrenamiento conductual.
A escondidas
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Entre noviembre de 2016 y enero del año siguiente, Millancastro se masturbó en al menos ocho ocasiones en su lugar de trabajo para luego depositar el semen en un frasco de miel que su colega consumió sin saberlo, además de esparcirlo sobre el ratón y el teclado de su computadora.
Además, el hombre eyaculó tres veces dentro de botellas de agua de la víctima, quien en cada oportunidad notó el extraño aspecto del líquido y lo desechó. Después de la tercera ocasión, la mujer puso el suceso en conocimiento de su supervisor, que instaló una cámara de vigilancia en la oficina de la empleada.
Pruebas y castigo
Al día siguiente, la víctima encontró semen sobre su ratón tras tocarlo inadvertidamente con la mano. La cinta de seguridad confirmó que Millancastro había entrado poco antes en la habitación.
Tras una nueva denuncia, el delincuente fue arrestado y el pasado 21 de septiembre fue declarado culpable por tres cargos de asalto y dos de agresión.
La jueza encargada del caso, Kathleen Roberts, dictó la máxima pena posible que prevé la ley y dispuso, además, que el culpable quede registrado como delincuente sexual.
En palabras del fiscal del condado de Orange, Todd Spitzer, lo dispuesto por la magistrada "es un reconocimiento del trauma infligido a una mujer inocente que tan solo intentaba cumplir sus tareas en su lugar de trabajo".