Juventino Pérez / Xalapa, Ver. / Miercoles 15 de julio del 2020
Al cumplirse 11 meses del asesinato de Silvia Jazmín Alpuche Armendáriz, trabajadora de Petróleos Mexicanos en Minatitlán, presuntamente asesinada por su novio Aldo Alán Castelán García, quien la habría privado de la vida y calcinado cerca del puente Antonio Dovalí Jaime, familiares y amigos se movilizan en redes sociales para exigir justicia.
Bajo el lema «un día sin mujeres», «ni una menos», han inundado las redes sociales en una protesta virtual que busca a excitar a la Fiscalía General del Estado en el proceso de integración de pruebas para aprehender al presunto feminicida.
El 9 de septiembre, a mes del feminicidio, el reportero Pedro Díaz, escribió en el diario Excelsior, una serie de cuatro crónicas sobre feminicidios en México, la primera historia narra la muerte de Silvia Jazmín Alpuche Armendáriz.
I.Es 14 de agosto, 2019, Silvia Jazmín Alpuche Armendáriz sale de su casa en la colonia Petrolera, pues tiene cita con la pedicurista; sin embargo, no regresará jamás.
Desde ese momento pasa a engrosar la lista de desaparecidos.
La joven, de 25 años, trabaja en Petróleos Mexicanos en Lázaro Cárdenas, Michoacán.
Al día siguiente de su desaparición, su cuerpo es encontrado en un basurero clandestino en la autopista Cosoleacaque-Nuevo Teapa.
El cadáver, salvo las piernas, está calcinado.
Su automóvil fue encontrado en la colonia Villas del Sur, en Coatzacoalcos. Las autoridades tienen a un principal sospechoso. Su exnovio, Aldo «N», quien también laboraba en el complejo petroquímico.
El 20 de agosto, cientos de personas se suman al dolor de los deudos.
No es ella la primera ni será la última en la región, pero sus últimos minutos de vida fueron un infierno que aún ronda las pesadillas de sus familiares, quienes claman justicia.
En redes sociales se difundió que Aldo «N» habría sido sacado de Veracruz en una ambulancia, ayudado por su tío y extesorero de Minatitlán, Jorge Wade, rumbo a Sinaloa, en donde también trabajaría para Pemex.
Y días después, la familia de Jazmín habría subido a redes sociales el ofrecimiento a grupos delincuenciales una recompensa de 400 mil pesos por el asesino, descuartizado.
En el mensaje se afirma que fue quemada viva.
Su madre, Silvia Alpuche, escribió en su cuenta de Facebook:
«Hay un enorme luto en mi corazón, me cuesta aceptar tu partida, quiero creer que es un mal sueño, que mañana al despertarte estarás a mi lado, te extraño princesa, siempre vivirás en nuestros corazones, porque eres eterna, por las acciones que en tu hermosa vida realizaste, y por las cuales ahora te recordamos con infinito amor, espero que podamos encontrarnos algún día y contarte cuánto bien dejaste».
«Gracias por haber estado a mi lado, gracias por dejarme esos bellos recuerdos, porque cerrando mis ojos veo tu sonrisa... hasta pronto, princesa... ¡duerme bien!»
«La gratitud debería ser un acto constante de cada hora, cada día, de toda la vida... hoy nuevamente nuestro agradecimiento a todos los familiares, amigos (que viajaron), amigos (del extranjero), compañeros de trabajo de Jazmín, de su papá, por su solidaridad, cariño, disponibilidad para con nuestra familia. ¡Gracias!»
A Silvia Jazmín se le despide en un ataúd blanco rodeado de arreglos florales. Sus padres, absortos, aceptan las pruebas de ADN del cuerpo que pertenecía a su hija única.
De su exnovio nada se sabe, salvo que lo salvaron sus «influencias».
El sacerdote oficia misa de muertos.