lopezdoriga.com / Brasil / Martes 7 de julio del 2020
Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, confirmó que dio positivo en la prueba de coronavirus COVID-19.
“Comenzó el domingo con una breve indisposición”, dijo el propio mandatario a periodistas en su residencia oficial, quien aseguró que se siente “perfectamente bien”.
Durante los últimos meses, Bolsonaro ha desafiado casi a diario al virus, al que llegó a calificar de “gripecita”, circulando por las calles en plena cuarentena, al asistir a actos públicos sin la máscara preceptiva, abrazando y besando a partidarios sin cuidado alguno y con un desdeño constante frente a la enfermedad.
“Confieso que creí haberlo contraído hace unos meses atrás”, pero “no esperaba que esto hubiera ocurrido conmigo”, explicó Bolsonaro, quien ha cancelado su agenda para los próximos días y permanecerá en cuarentena en su casa, aunque aclaró que no sabe “estar parado”, por lo que seguirá despachando mediante videoconferencias.
Este último fin de semana, visitó el estado de Santa Catarina y al regresar a Brasilia visitó al embajador de Estados Unidos, Todd Chapman, para celebrar el Día de la Independencia de ese país junto al canciller brasileño, Ernesto Araújo, y otras personas.
Todos posaron abrazados para fotos, sin máscaras, y se mostraron alrededor de una mesa sin protección alguna, lo que ha llevado al diplomático a someterse también a un test de coronavirus, según confirmaron a Efe fuentes de la embajada estadounidense.
A diferencia de Bolsonaro, Chapman no ha presentado síntomas de enfermedad alguna, pero pasará preventivamente por exámenes.
Asimismo, se han sometido a pruebas todos los ministros que han estado con el mandatario en los últimos días y su familia, que ya desde la semana pasada se preocupa con la salud de una abuela de la esposa de Bolsonaro, de 80 años e internada con COVID-19.
Portavoces de la Presidencia confirmaron a Efe que Bolsonaro ha tomado desde este lunes dos dosis de cloroquina, un antipalúdico que, en su opinión, es completamente eficaz para el tratamiento del coronavirus, pese a que la ciencia no lo ha comprobado y alienta muy serias dudas.
Este martes, el líder de la ultraderecha brasileña se acercó a un grupo de partidarios en la puerta de su residencia oficial y reveló que tenía síntomas de gripe, pero que había decidido someterse a un test para descartar que fuera COVID-19.
“Vine del hospital ahora, me hice una radiografía del pulmón y está limpio. Voy a hacer un examen del COVID-19 dentro de poco, pero está todo bien”, declaró Bolsonaro, quien según fuentes consultadas por Efe había sentido dolores musculares y llegado a tener hasta 38 grados de fiebre.
Según explicó este martes, al anunciar el positivo del examen, insistió en que, si bien es necesario “preocuparse con el virus”, también es necesario “cuidar de la economía” y retomar cuanto antes “sea posible” las actividades productivas, porque “el desempleo mata también”.
El presidente de Brasil se sometió este lunes a otra prueba de diagnóstico del nuevo coronavirus, la cuarta desde que comenzó la crisis sanitaria.
“El presidente Jair Bolsonaro realizó en la noche de hoy un test de COVID-19 en un hospital de Brasilia. El resultado saldrá este martes”, indicó la Presidencia de Brasil en un comunicado.
Según la nota, el mandatario presenta, “en este momento”, un “buen estado de salud” y “está en su residencia”, aunque según CNN Brasil, el presidente llegó a tener “fiebre de 38ºC”, que es uno de los síntomas de la enfermedad.
Antes, Bolsonaro había comunicado a un grupo de simpatizantes en la puerta del Palacio de la Alvorada, su residencia oficial en Brasilia, que acababa de ir al hospital para hacerse una radiografía del pulmón y que se iba a someter a otro test para el nuevo coronavirus.
“Vine del hospital ahora, me hice una radiografía del pulmón y está limpio, ¿vale? Voy a hacer un examen del COVID-19 dentro de poco, pero está todo bien”, afirmó el líder ultraderechista.
Bolsonaro, de 65 años, se sometió anteriormente a otros tres test para detectar si había contraído el virus, que en Brasil ya deja 1.6 millones de infectados y cerca de 65 mil 500 decesos, pero en todos ellos dio negativo.