Víctor Ochoa / Veracruz, Ver. / Domingo 28 de junio del 2020
En plena pandemia a causa del Covid-19, la salud de miles de porteños -que habitan una de las zonas identificadas con altísimo grado de contagios- estaría aún más en riesgo debido a que personas desconocidas arrojaron a cielo abierto lo que parecieran desechos hospitalarios infecciosos, sin que ninguna autoridad municipal, de salud o de la Profepa esté tomando las medidas pertinentes para evitar más daños en la población.
A menos de cien metros de una escuela primaria y de un parque recreativo para niños, ubicados ambos en el núcleo urbano de alta densidad poblacional denominado Río Medio IV, en la zona norte de la ciudad, se puede visualizar un basurero clandestino, en donde además de muebles, colchones y basura en general, fueron desechados artículos hospitalarios que se utilizarían para dializar a personas con enfermedades renales.
Dicho basurero clandestino se ubica en un predio baldío -con acceso libre para la población- localizado exactamente en la avenida Río Miño, esquina Río Deva, de la citada unidad habitacional, en donde fue entrevistado un vecino de nombre Javier Cisneros, quien comentó que esa zona es usada para tirar basura de todo tipo -llantas, muebles, etcétera-, pero es la primera vez que detectan desechos provenientes presumiblemente de un hospital.
Dijo que un vecino le indicó que personas desconocidas, a bordo de un vehículo gris, arrojaron mangueras delgadas, bolsas, cubrebocas y sobres con -al parecer- gel antibacterial, los cuales formarían parte de un kit médico para la atención de personas con enfermedades renales.
El vecino agregó que desconoce si las autoridades tienen conocimiento del caso, pero reconoció que existe temor entre los pobladores ante la posibilidad de contagiarse de alguna enfermedad.
Consultada sobre las posibles afectaciones en la población y el protocolo sanitario que se debe aplicar en ese tipo de residuos considerados como biológicos-infecciosos, la jefa de piso del Centro Médico Nacional “Adolfo Ruiz Cortines”, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), enfermera especialista Aracely León Ochoa, explicó que la norma establece que esos productos, después de utilizarse, tienen que someterse a diversos procesos, que podrían ser esterilización, desinfección química o, incluso, incineración, dependiendo su tipo.
Los residuos peligrosos biológicos-infecciosos (RPBI) son aquellos generados durante la atención médica, que pueden causar efectos nocivos a la salud y al ambiente.
La NÓM-087-SEMARNAT-SSA1-2002, publicada el 17 de febrero del 2003, regula los RPBI y los clasifica en: sangre y sus componentes, cepas y cultivos de agentes infecciosos; patológicos, tejidos y órganos que se extirpan durante la necropsia y cirugía; muestras biológica para análisis clínicos, cadáveres y partes de animales que fueron infectados por microorganismos de enfermedades en centros de investigación o bioterios.
Los materiales desechables que contengan sangre u otros fluidos corporales de pacientes, así como objetos punzocortantes que hayan estado en contacto con animales o humanos durante el diagnóstico o tratamiento, también son considerados como RPBI.
Éstos últimos corresponden a las características de los desechos arrojados en la zona poblacional de Río Medio, en donde miles de vecinos transitan por ahí poniendo en riesgo sus vidas.