Forbes / Ciudad de México / Martes 16 de junio del 2020
A la regiomontana Famsa se le vino el mundo encima luego de que la pandemia del Covid-19 la obligara a cerrar 40% de sus 379 tiendas en los últimos meses, además de que sus clientes están dejando de pagar sus créditos por problemas de liquidez, sumado a un reajuste en su deuda que reflejó una caída en sus ingresos y su capacidad de pago.
Todo lo anterior provocó que la compañía tuviera una disminución en sus ingresos y sus ventas, con la presión adicional de mantener los salarios y las rentas de sus locales sin funcionamiento que está presionando a la compañía, señaló Julián Fernández, analista de Bursamétrica.
“Famsa está pasando por una situación muy difícil: tuvo que cerrar el 40% por Covid-19, la mayoría en Estados Unidos y en Nuevo León, en donde tiene mayor presencia; también en la Ciudad de México pudo mantener algunas que tiene como sede central.
“Por otro lado, venía arrastrando una deuda que quería empezar a reestructurar este año y su plan fue solicitar un crédito para poder sanear las deudas y mandarlo a 5 años. Sin embargo, no hubo crédito, su deuda se incrementó, no tiene flujo de efectivo y su liquidez se le fue a 0.3%. Por esta situación dejó de pagar su bono y ahora solo le otorgaron un crédito para pagarlo“, señaló Fernández.
Por esta situación la compañía, que opera en México y Estados Unidos, dejó de pagar su bono y ahora solo le otorgaron un crédito para pagarlo, solicitando nuevamente crédito con tasas que no estaba considerando en este momento. El crédito que tendría cubrir es de 7,688 millones de pesos a tres años.
Reestructura de deuda
El pasado 29 de mayo, la empresa anunció un proceso para reestructurar el pago de sus bonos senior con tasa 7.250%, por un monto de 59.1 millones de dólares que vencían el 1 de junio, por lo que solicitó a los tenedores de dichos bonos sus votos para la aplicación de un plan de ajuste.
Dicho plan contempla la emisión de dos nuevas series de bonos con tasas 250 y 300 puntos base mayores al original a pagar en 4 y 3 años respectivamente, además de una compensación en efectivo para los segundos.
“Los tenedores de los Bonos 2020 que (…) presenten válidamente su voto a favor del Plan (…) y que entreguen sus Bonos 2020 de conformidad con los procedimientos requeridos recibirán (i) nuevos bonos senior con una tasa anual de 10.25% con vencimiento el 15 de diciembre de 2023 (‘Nuevos Bonos Serie A’) por un monto principal igual al monto principal de los Bonos 2020 de los que sean tenedores, más el importe de los intereses de los Bonos 2020 que se hayan devengado hasta la fecha en que surta efectos el Plan“.
Aunado a ello, recibirán un pago en efectivo adicional de 10 dólares por cada 1,000 dólares correspondientes al importe de principal de los Bonos 2020 de los que sean tenedores, según señala el comunicado.
“El resto de los tenedores de los Bonos 2020 recibirán nuevos bonos senior con una tasa anual de 9.75% con vencimiento el 15 de diciembre de 2024 (los ‘Nuevos Bonos Serie B’ y, conjuntamente con los Nuevos Bonos Serie A, los ‘Nuevos Bonos’) por un monto principal igual al monto principal de los Bonos 2020 de los que sean tenedores”, explicó la compañía en un comunicado sobre la negociación.
El pasado 15 de junio, Famsa informó del pago de intereses devengados correspondiente al primer cupón de sus bonos senior 9.75% con vencimiento en 2024 (los Nuevos Bonos Serie B), del periodo del 17 de diciembre de 2019 al 15 de junio de 2020, por 3 millones 901 mil 114.75 dólares. Junto a ello, también reiteró su compromiso de cumplir con todas sus obligaciones financieras, según el mensaje de la empresa.
El 2 de junio, un día después del vencimiento de los bonos anteriores, la calificadora Fitch redujo su nota crediticia a largo plazo pero advirtió que de ser aceptada esta reestructura, mejoraría la calificación al reflejar un nuevo perfil crediticio; o por el contrario, si la compañía entra en un proceso de declaración de quiebra, administración, liquidación o algún otro procedimiento formal similar, la calificación caería a D, el último peldaño de su escala.
“Famsa inició una serie de acciones para mejorar su perfil financiero en los últimos dos a tres años. Sin embargo, el entorno competitivo cada vez más agresivo, junto con un portafolio de créditos con tasas de morosidad más altas que las esperadas, han impedido de cierta forma que estas iniciativas se concreten. Fitch cree que los desafíos operativos de la compañía son altos y deben lograrse a pesar del escenario macroeconómico actual”, expuso la calificadora en un comunicado ese mismo martes.
Ese mensaje además anunció la degradación de la nota de escala nacional de corto y largo plazo, así como la baja de la nota internacional de largo plazo.
La calificadora otorgó la nota RD como calificaciones a la deuda de corto y largo plazo de la empresa, lo que implica que hay un incumplimiento restringido en alguna de sus obligaciones de pago.
“Aunque la entidad no está sometida a procedimientos de declaración de quiebra, administrativos, de liquidación u otros procesos formales de disolución, y no ha cesado de alguna otra manera sus actividades comerciales”, explica Fitch Ratings.
Desde marzo pasado, Fitch advirtió del probable impago por parte de la empresa, por lo que redujo sus calificaciones a largo plazo nacional e internacional, así como de los bonos internacionales con vencimiento en 2024.
Además, en esa ocasión, Fitch advirtió que Grupo Famsa cerró el 2019 con una tasa de endeudamiento mayor a 10 veces, mismo que previó se incrementaría. “La agencia estima que el endeudamiento continuará elevado dada la persistente generación de flujos de fondo libre negativo y la rentabilidad limitada, en medio de un contexto de depreciación del peso mexicano frente al dólar estadounidense, un crecimiento económico débil o negativo y un entorno altamente competitivo“, mencionó.
¿Cuál es la situación de Famsa?
Sus resultados al cierre del primer trimestre apuntan a una caída de sus ventas netas de todo el grupo de 4.9%, con un mayor peso en su principal fuente de ingresos, Famsa México, de 5.2%. Además, registró una pérdida neta de 570 millones de pesos.
La situación para el banco tampoco es optimista. A abril de 2020, el índice de morosidad de la cartera total de Banco Ahorro Famsa alcanzó el 16.99% mientras que para la banca múltiple en México era de 2.12%, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Este martes, las acciones de la firma cayeron a 1.91 pesos por papel, apenas por encima del mínimo histórico registrado el jueves pasado de 1.89.
Al 31 de marzo, la empresa fundada en 1970 reportó que poco más de la mitad de su deuda con vencimiento a 2020 era internacional y ascendía a 1,381 millones de peso
Por moneda, el 39% estaba denominada en dólares a esa misma fecha, de acuerdo con datos de Famsa.