LÓPEZ-DÓRIGA DIGITAL / Panamá / Jueves 16 de enero del 2020
Las autoridades de Panamá informaron que una mujer embarazada y sus 5 hijos de entre 1 y 11 años, además de una joven de 17, fueron presuntamente asesinados y enterrados en una fosa por miembros de una secta religiosa que actuaba en una remota área indígena, y que los sospechosos de la masacre están detenidos.
El miércoles, la televisión local informó que siete cadáveres fueron encontrados en una fosa ubicada en una apartada zona de la comarca Ngäbe Buglé, de donde fueron rescatadas 15 personas, heridas y golpeadas, que estaban secuestradas por supuestos miembros de una secta que los sometió a ritos exorcistas.
Diez supuestos pastores de la secta La Nueva Luz de Dios fueron detenidos por fuerzas especiales de la Policía Nacional y traslados el miércoles desde la aldea indígena Alto Terrón hasta la ciudad de Santiago de Veraguas.
La Fiscalía dijo este jueves que “todos los presuntos autores del hecho han sido aprehendidos y serán llevados ante el Tribunal de Garantías en Bocas del Toro entre mañana y el sábado”.
Víctimas torturadas y masacradas
El fiscal superior de Bocas del Toro, Rafael Baloyes, dijo que los cadáveres hallados en la fosa presentan claros signos de tortura, y que entre los detenidos por la masacre está el abuelo de los 5 pequeños asesinados.
“Todos los autores del hecho son indígenas, es más uno de los autores del hecho es abuelo de los niños, o sea, se conocían, eran parte de la misma comunidad”, dijo el fiscal.
De acuerdo a los testimonios recabados, la mujer embarazada y sus 5 hijos fueron llevados a una edificación que servía como iglesia en la aldea para “celebrar el culto y los masacran”, un hecho que habría ocurrido el lunes pasado.
“También fue asesinada una vecina, era una menor de edad”, dijo Baloyes en referencia a la séptima víctima, de 17 años, hallada en la fosa, que habrían cavado los miembros de esta secta que “tenían más de 3 meses practicando” el culto en esa zona de la comarca.
El fiscal indicó que los lugareños afirmaron que los rituales se tornaron violentos el sábado pasado, cuando uno de los supuestos pastores, que no identificó, dijo que había recibido un mensaje divino.
Es por ello que las autoridades consideran que salvaron la vida de las 15 personas que consiguieron amarradas y golpeadas en la iglesia, porque todo indicaba que serían sometidas al mismo rito que llevó a la muerte a las otras siete.
En la iglesia improvisada “se ubicaron un chivo muerto, machetes (…) estaba dando un rito (…) era para quitarles la vida si no se arrepentían de sus pecados”, abundó el fiscal.
Los cuerpos de las víctimas, que al momento de las necropsias realizadas el miércoles registraban “cierto grado de putrefacción” ya que habían pasado “dos días desde la ejecución”, se les dio cristiana sepultura en el mismo lugar pues allí hay un cementerio, dijo Beloyes.
Las labores de los forenses han sido arduas dado que la fosa está en un sitio muy apartado, de difícil acceso en medio de una selva húmeda y unos 2 kilómetros de distancia de la aldea Alto Terrón, algunos de cuyos habitantes guiaron hasta allí a las autoridades.
El fiscal dijo que no hay evidencias de que exista otra fosa ni tampoco informes de que personas que se identifiquen como miembros de la supuesta secta “La Nueva Luz de Dios” estén en otros lugares de la comarca.
A los pastores de la secta se les responsabiliza de haber causado quemaduras a tres personas el pasado fin de semana en la misma comarca durante un presunto exorcismo.
El fiscal Beloyes indicó que esperan que las primeras audiencias se realicen en las próximas horas y que se piensa imputar delitos por homicidio, privación de libertad y posiblemente por abuso sexual, dependiendo de lo que arrojen las necropsias, ya que las víctimas mujeres estaban desnudas.