SECTUR / Veracruz, Ver. / Viernes 27 de diciembre del 2019
La tradición de El Viejo, se dice, nació en el Puerto de Veracruz cuando trabajadores de los muelles iniciaron una protesta haciendo ruido con latas, cencerros y tapaderas de metal, ya que no recibían aguinaldo o algún beneficio por las fechas.
Esta solicitud se repitió al año siguiente y sus autores consiguieron que los patrones les obsequiaran botellas de licor y alimentos con la finalidad de evitar escándalo, y es así como cada año en fechas de Navidad se pide el aguinaldo de forma tan particular, alegre y jocosa.
Sin embargo, la tradición ya tuvo algunas modificaciones, pues en la región de Los Tuxtlas, cuatro días antes de que el año termine, frente a las casas se “sienta” un muñeco relleno de papel, cohetes y trapos viejos y demás para representar al año que termina, y se le coloca un letrero con la leyenda Una limosna para este pobre viejo, que ha dejado hijos para el año nuevo. El viejito se acompaña de una lata para que los vecinos hagan sus cooperaciones.
Algunas veces, se le acompaña en un recorrido por las casas con jaraneros y bailadoras, armando escándalo el 31 de diciembre, y a la media noche se le prende fuego, haciendo que exploten los petardos y que el estruendo cause tal bulla y risas que todos se diviertan con la despedida del Año Viejo.