LÓPEZ-DÓRIGA DIGITAL / Estados Unidos / Viernes 4 de octubre del 2019
El utilizar camas de bronceado durante al menos 13 años dejó en una mujer de Indiana, Estados Unidos un ‘hoyo‘ en la cara.
Natalie Trout inició sus bronceados artificiales en 1999, y hasta 2012 los practicó dos veces por semana. Asimismo, durante el verano se expuso al sol sin la protección de un bloqueador.
Para 2015, una mancha roja apareció en su mejilla derecha, que derivó en una erupción. Advertida en una preconsulta dermatológica que podría tratarse de una fase previa al cáncer, la mujer usó nitrógeno líquido para congelar la zona.
De una mancha, pasó a ser un lunar que aumentó de tamaño con el tiempo. Una vez que Trout acudió con el especialista, este le detectó un melanoma que le fue extirpado por un cirujano plástico.
La cirugía le dejó una marca parecida a una mordida de perro a la que le da seguimiento, junto al resto de su cuerpo, cada seis meses con el dermatólogo, para evitar el regreso del melanoma o la aparición de este en otra parte.
Actualmente, la mujer de 38 años busca concientizar sobre el cáncer de piel, porque cuando era joven “pensaba ‘no me va a pasar a mí'”.