Mediotiempo / Ciudad de México / Martes 27 de agosto del 2019
El Tiburon ha dejado de ser ese fenómeno temible en el Puerto. Atrás quedaron aquellos partidos complicados en una plaza que se derrumba a costa de una fiel afición. Hoy, Veracruz recibió a un Querétaro enfurecido por la derrota de hace unos días ante León. Es así, que los Gallos se sirvieron con un 5-0 al puro estilo Vucetich.
Un duelo más en el que los jugadores mostraron poca ambición, sin hambre ni vergüenza deportiva. Una defensa carente de valor, un medio campo perdido y unos delanteros deambulando. Solo Sebastián Jurado parece sentir el escudo en el corazón y fue el más exhibido al recibir cinco goles.
La mesa en el Luis Pirata Fuente estaba servida. Los pocos invitados tomaron sus lugares con la esperanza de ser testigos del primer triunfo después de 32 partidos, pero no fue así.
Marcel Ruiz fue el primero en servirse del banquete, al minuto 18, el jugador firmó una jugada que comenzó desde el medio campo con un pase largo recibido por Ake Loba, el jugador intentó rematar, pero en su fallida oportunidad, Marcel respondió para el 1-0.
A la mesa estuvo insistente el mismo Ake, quería también tener parte del banquete en su plato y así fue. Se sirvió al doble. Minuto 36 y apareció para definir dentro del área y vencer a Jurado, ocho minutos después ocurrió lo mismo con una jugada en conjunto con Jeison Lucumí. Así, los abucheos con el 3-0 volvieron a aparecer en las tribunas.
De regreso al campo, Sebastián dio parte de su nivel, de su corazón y coraje. Logró atajar el disparo de Paolo Yrizar, quien solo le bastaron unos momentos más para herir al cancerbero y poner el 4-0 con un auténtico golazo producto de una jugada personal para llegar al área chica y definir bombeado y colocado.
Todo acabó con el quinto de Alonso Escoboza para darle el arponazo a los Tiburones que hoy no dominan ni en su hábitat y pagan el poco valor de la competitividad al seguir en Primera División gracias a un depósito.