El País / Madrid, España / Lunes 26 de noviembre del 2018
Entre las cosas que uno espera encontrar al limpiar la casa de su madre fallecida están muchas fotos viejas, recuerdos compartidos, cartas de amores de juventud e incluso algún secreto. Lo que nadie espera es descubrir que tuviste un hermano y hallar su cadáver momificado en la vivienda familiar.
Ha ocurrido en la localidad británica de Northallerton (Teesside), en el nordeste de Inglaterra, donde tres hermanos, dos hombres y una mujer, hallaron el cuerpo momificado de un bebé mientras limpiaban la casa de su madre, Carol Thompson, fallecida el pasado enero. El niño, cuya existencia desconocían tanto ellos como el padre, que sigue vivo, ha resultado ser su hermano mayor.
Según informa The Independent, el hallazgo se produjo en febrero, pero el caso se conoció este 21 de noviembre por una investigación judicial. El cuerpo estaba en una pequeña caja de unos 45 centímetros de largo, que los hermanos sacaron de dentro de un armario ubicado bajo las escaleras de la casa.
Lo que encontraron en el interior de la caja fueron "los restos humanos y momificados de un infante, envueltos en una tela", según el sargento detective Matthew Wilkinson. "Nadie tenía conocimiento de un hermano o de la existencia de otro hijo", añade Wilkinson. Los hermanos llevaron la caja a la comisaría más cercana y un análisis de ADN reveló que era hijo biológico de Carol y Melvin Thompson, los padres de los tres hermanos.
La causa de la muerte del bebé es un misterio, ya que los investigadores no la han podido determinar. En cambio, sí han podido precisar que la tela que envolvía el cuerpo fue confeccionada entre finales de la década de los cincuenta y principios de los sesenta. Dentro de la caja donde encontraron el cadáver había más pistas: unas cartas con fecha de agosto de 1968, precisamente el año en que los Thompson se casaron.
La pareja se divorció en 1996 y los tres hijos que tuvieron nacieron después de la boda. El padre, Melvin Thompson, ha asegurado a la policía que tampoco sabía de la existencia de ese niño. Es más, ha declarado que no tenía ni siquiera constancia del embarazo. La mujer se mudó a la casa, situada en la calle Dexta, en 2004.
El perito forense John Broadbridge, que considera este caso como el "más angustiante" de sus 25 años de carrera, no sabe si el niño, que había completado su desarrollo en el vientre materno, nació ya muerto o falleció después del parto. "No lo sabemos, a pesar de todos los esfueroz", se lamenta Broadbridge, que considera "trágico, completamente trágico y terriblemente triste que tu madre haya tenido que mantener un secreto como ese".