Juventino Pérez / Boca del Río, Ver. / Jueves 25 de octubre del 2018
A sus 48 años, después del éxito de su bioserie transmitida por la plataforma Netflix, un Luis Miguel reinventado y reconciliado con su hermano Alejandro quien vino a ver su espectáculo montado en el Parque Deportivo «Beto» Ávila; llenó el graderío quien lo vitoreó al arrancar su concierto, en punto de las 21:45 horas.
Enfundado en un traje italiano, cortado a la medida, en buen estado físico, con una tesitura de voz intacta, Luis Miguel demostró que es el mejor cantante mexicano de talla internacional, pese a no tener un éxito nuevo sonando en las plataformas de música digital o en la radio; ni haber grabado un disco reciente.
Los veracruzanos asistieron para ver a un Luis Miguel detallista hasta la neurosis con sus técnicos de sonido, quienes le montaron un rack de audio y video a la altura de cualquier espectáculo internacional.
Pese los precios elevados, pues un ticket diamante se cotizó en 4 mil 200 pesos en taquilla -hasta 5 mil pesos en la reventa- los seguidores y admiradoras del Sol de México disfrutaron por un lapso de dos horas del show de un vocalista que resurgió de sus cenizas musicales para colocarse como el artista más cotizado de este país.
Pese a los anuncios oficiales de crisis gubernamental, funcionarios y políticos de este gobierno estatal disfrutaron acompañados de esposas y amigas del show del puertorriqueño naturalizado mexicano.