El País / París, Francia / Viernes 5 de octubre del 2018
¿Dónde está el jefe de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), el chino Meng Hongwei? Eso es lo que se pregunta su familia y, desde este viernes, también las autoridades judiciales francesas, que han abierto una investigación por la desaparición del presidente de la Interpol, a quien nadie ha vuelto a ver desde que viajó a su país de origen, a finales de septiembre. Las investigaciones las está llevando a cabo, a instancias de la fiscalía de Lyon, la sección criminal de la división interregional de la policía judicial de esta ciudad francesa en la que Interpol tiene su sede.
Según la emisora Europe 1, fue la esposa de Meng la que denunció este viernes la desaparición de su marido, del que dice no saber nada desde el 29 de septiembre. Por su parte, el diario Le Monde aventura que no se trataría de un asunto criminal sino de carácter político. Según el rotativo parisino, que no revela sus fuentes, la pista privilegiada por los investigadores es la de una detención temporal en régimen de incomunicación por parte de las autoridades de Pekín “en el marco de un ajuste de cuentas internas en el poder chino”. Una teoría que también se maneja en el país asiático. Antes de su designación como presidente de Interpol, Meng era viceministro de la Seguridad Pública china, un departamento de enorme poder a cuyo cargo están la Policía y los servicios de espionaje.
Su desaparición no se ha publicado en los medios de comunicación en la China continental, fuertemente censurados. Pero el diario hongkonés South China Morning Post cita una fuente anónima que asegura que Meng fue detenido en el mismo momento de pisar territorio chino, la semana pasada, y que se encuentra en poder de las autoridades responsables de la vigilancia de la disciplina del Partido Comunista Chino. Eso significaría, si se confirma este extremo, que el jefe de la Interpol se encuentra bajo sospecha de corrupción. La Comisión Central para la Vigilancia de la Disciplina es el órgano policial del partido encargado de combatir ese tipo de casos.
Desde la llegada al poder del presidente Xi Jinping, hace seis años, China se ha visto inmersa en una dura campaña contra la corrupción, que ha costado la caída en desgracia de millones de funcionarios. El más prominente de ellos es el antiguo superior directo de Meng, el exministro de Seguridad Pública y otrora uno de los nueve hombres más poderosos del país, Zhou Yongkang, condenado a cadena perpetua por abuso de poder. Los críticos de Xi alegan que, en parte, esa campaña ha servido al régimen para deshacerse de posibles rivales políticos.
Meng Hongwei, de 65 años, lleva dos como presidente de Interpol, donde sustituyó a la francesa Mireille Ballestrazzi. Su mandato concluye en 2020. En su día, su nombramiento (el primero de un ciudadano chino al frente de la organización policial) generó numerosas protestas de las organizaciones defensoras de los derechos humanos, que alertaban sobre la posibilidad de que Pekín pudiera aprovechar el cargo para intentar localizar a disidentes y fugitivos en el extranjero.
Según la página web de la institución, Meng Hongwei aún ocupaba el cargo de viceministro de la Seguridad Pública china. Sin embargo, en la amplia remodelación de los órganos de poder chinos del pasado abril perdió su asiento en el comité central del partido, el verdadero indicador del poder en la segunda potencia económica del mundo.
Mientras la prensa bulle de especulaciones, la Interpol guarda distancias. En un escueto comunicado, la organización policial ha dicho que es “consciente” de las informaciones de prensa en torno a la “supuesta desaparición” de su representante máximo y se limita a señalar que se trata de “un asunto” del que se deben ocupar “las autoridades pertinentes de Francia y China”. Además, la Interpol precisa que Meng no se ocupa del día a día, sino que esta responsabilidad recae en el secretario general, Jürgen Stock.
La función principal de Interpol, creada en 1914 y que cuenta con más de 190 miembros, es proporcionar a las fuerzas policiales una plataforma internacional para que los Estados puedan notificar información relativa a sospechosos de haber cometido diferentes delitos.