El País / Estados Unidos / Miercoles 19 de septiembre del 2018
La Diócesis de Brooklyn (Nueva York) ha pactado una de las compensaciones más altas hasta la fecha a víctimas de abusos sexuales en Estados Unidos. En concreto, la institución religiosa va a desembolsar 27,5 millones de dólares (23,55 millones de euros) a cuatro jóvenes que, cuando eran niños, sufrieron los abusos de un profesor laico de religión contratado por la parroquia de St. Lucy-St. Patrick. El anuncio del acuerdo llega cuando ni siquiera han transcurrido dos semanas desde el inicio de la investigación de la fiscal general del Estado de Nueva York, Barbara Underwood, que trata de determinar si los líderes de la Iglesia católica encubrieron estos crímenes.
La denuncia de las cuatro víctimas se presentó hace cinco años ante el Tribunal Superior de Brooklyn. Cada una de ellas recibirá una compensación superior a los 6,8 millones de dólares, una cantidad notablemente superior a los pagos realizados para zanjar otras causas comparables. "Es una manera de garantizar que recibirán la ayuda que necesitan el resto de sus vidas", afirmó Ben Rubinowitz, el abogado que representó a los jóvenes que sufrieron los abusos.
El asalto se produjo entre 2003 y 2009, según la información facilitada por los abogados, y el autor es identificado como Angelo Serrano, de 67 años. Las víctimas tenían entonces entre ocho y doce años, y fueron sometidas en las oficinas de la parroquia y en un edificio de apartamentos en el que vivía el acusado. Sus supervisores, según su testimonio, ignoraron la situación. Y uno de los curas que vio como el profesor de religión besaba a uno de los menores en la boca no lo reportó.
Para los letrados de las víctimas, este es un ejemplo de que el clero no hizo lo suficiente para proteger a los menores tras el escándalo de abusos sexuales que estalló en Boston (Massachusetts) ni para garantizar que se seguían las nuevas directrices. Serrano fue arrestado en 2009 por abusar de un niño de diez años y dos años después fue condenado a 15 años de prisión. La demanda identifica a Frank Shannon y Stephen Lynch como los reverendos que no actuaron para impedir los abusos, de los que tenían conocimiento.
El acuerdo financiero se suma así a otros pagos pactados por la Iglesia con las víctimas de abusos en 19 diócesis y otras órdenes de EE UU. El montante conjunto asciende a alrededor de 3.300 millones, según la organización Bishop Accountability, y ha obligado a las congregaciones afectadas a declararse en bancarrota.
La demanda se resuelve un mes después de que un gran jurado en Pensilvania revelara que cerca de 300 miembros del clero abusaron durante décadas de más de un millar de menores de edad. A principios de mes, la fiscal neoyorquina Barbara Underwood emitió, por su parte, una orden por la que solicitaba a las ocho diócesis de Nueva York que le entregaran toda la información de la que disponen sobre denuncias de abusos, incluidos los pagos que se hubieran pactado para que el caso no trascendiese públicamente.
Hasta la fecha, la mayor compensación por casos de abusos de miembros de la Iglesia en Nueva York fue desembolsada por la diócesis de Rockville Center, en Long Island: 11,45 millones a dos víctimas. La investigación de Underwood se centra ahora en determinar cómo las autoridades eclesiales respondieron a las denuncias de abusos. La archidiócesis neoyorquina se ha limitado limita de declarar que está cooperando con todas las investigaciones civiles y penales iniciadas en 2002.
La identidad de las víctimas, que ahora tienen entre 19 y 21 años de edad, no se hizo pública. La diócesis de Brooklyn cubre también el barrio neoyorquino de Queens. En este momento está en proceso de resolver centenares de casos de abusos similares por parte de viejos sacerdotes. La mayoría de las compensaciones que se han ido pactando suelen rondar el medio millón de dólares. Las diócesis en Nueva York cuentan con un programa de reconciliación para tramitar estos pagos.