Excelsior / Ginebra / Lunes 27 de agosto del 2018
El Ejército de Birmania (Myanmar) perpetró asesinatos masivos y violaciones grupales de integrantes de la comunidad musulmana rohinyá con "intenciones genocidas" y el comandante en jefe y otros cinco generales deberían ser procesados por orquestar los peores crímenes, dijeron investigadores de la ONU el lunes.
El gobierno civil liderado por Aung San Suu Kyi permitió el aumento del discurso del odio, destruyó documentos y no protegió a las minorías de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra perpetrados por el Ejército en los estados de Rakhine, Kachin y Shan, señalaron en un reporte.
Al actuar de esta forma "contribuyeron a la comisión de crímenes atroces", indicó el informe.
Hace un año, tropas gubernamentales lideraron una ofensiva brutal en Rakhine, en respuesta a ataques del Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA, por sus siglas en inglés) contra 30 puestos policiales de Birmania y una base militar.
El reporte de la ONU dijo que la acción militar, que incluyó la quema de aldeas, fue "extremadamente desproporcionada en relación con las amenazas de seguridad reales".
Naciones Unidas define el genocidio como los actos que buscan destruir a un grupo nacional, étnico, racial o religioso por completo o en parte.
Tal designación es inusual bajo la ley internacional, pero ha sido usada en países como Bosnia y Sudán y en la campaña de Estados Islámico contra las comunidades yazidíes de Irak y Siria.
"Los crímenes en el estado de Rakhine, y la forma en que fueron perpetrados, son similares en naturaleza, gravedad y alcance a los que han permitido el establecimiento de un ánimo genocida en otros contextos", dijo la Misión Independiente Internacional de la ONU en Birmania.
En el reporte final de 20 páginas, se aseguró que "hay información suficiente para garantizar la investigación y procesamiento de altos cargos de la línea de mando del Tatmadaw (Ejército), para que una corte competente pueda determinar su responsabilidad por el genocidio en relación con la situación en el estado de Rakhine".
El panel de la ONU, liderado el exfiscal general indonesio Marzuki Darusman, indicó que el comandante en jefe del Ejército birmano, general Min Aung Hlaing, y otros cinco generales deberían enfrentarse a la justicia.
Entre ellos destaca el general de brigada Aung Aung, comandante de la 33 División de la Infantería Ligera, que supervisó las operaciones en la localidad costera de Inn Din, donde fueron asesinados 10 niños y hombres rohinyá cautivos.
La matanza fue descubierta por dos periodistas de Reuters -Wa Lone y Kyaw Soe Oo-, que fueron arrestados en diciembre y están siendo juzgados acusados de violar la Ley de Secretos Oficiales del país.
El tribunal tenía previsto dar su veredicto el lunes, pero fue aplazado al 3 de septiembre.