Excelsior / Ixhuacán de los Reyes, Ver. / Lunes 16 de julio del 2018
Las descargas de drenaje en dos arroyos en el municipio de Ixhuacán de los Reyes, en Veracruz, mantienen en alerta a pobladores que temen una emergencia ambiental y de salud por el descuido de las autoridades que han permitido la contaminación de estos afluentes.
Pese a que por años los pobladores de las comunidades Barranca Nueva y Nueva Villa han gestionado ante las instancias gubernamentales para que en sus núcleos funcione una planta de tratamiento de aguas residuales que lleva seis años en el abandono, no han sido escuchados, narró Rufina Melchor, agente municipal.
La política y corrupción han jugado un papel primordial en esta omisión que ahora les cuesta a los pobladores, pues temen brotes de enfermedades derivadas de la contaminación de estos arroyos que cruzan por siete comunidades que anteriormente abastecían de agua.
A la entrada de Barranca Nueva es fácil apreciar el fétido olor que despiden las aguas. Un canal cruza a lo largo de la calle principal y es notorio que lleva las descargas de aguas negras que son conducidas por tuberías para desembocar en el canal, que a su vez escurre y sigue su trayecto hasta caer a los arroyos Xilontla y Xalantla.
Doña Rufina aseguró que no es culpa de los pobladores, sino de las autoridades municipales que han mantenido un juego perverso al tomar en cuenta siglas partidistas.
Ixhuacán de los Reyes es un municipio enclavado en la región montañosa del Cofre de Perote; los escurrimientos de agua de la montaña, son notorios porque incluso caen como cascada y buscan los cauces naturales. Esos arroyos van hacia el río Quimixtlán, que a su vez es un brazo del Río los Pescados, que desemboca en la cuenca de La Antigua.
En 2008, fueron creadas las dos comunidades, a raíz de un derrumbe en la localidad Barranca Grande. Al menos 300 familias fueron reubicadas ante el riesgo que presentaba esa zona de laderas; al frente del gobierno estaba entonces Fidel Herrera Beltrán; las promesas eran de desarrollo y de sustentabilidad.
Los vecinos reubicados tuvieron a cambio casas de block y cemento, viviendas de Tablaroca que con el paso del tiempo se comenzaron a deteriorar rápidamente; algunos tuvieron que buscar reconstruir lo que el gobierno estatal les había entregado
Al tratar de buscar al alcalde, José Luis Vargas González, informaron a Excélsior que andaba en comunidad y que no podía atender entrevistas.