El País / Bruselas / Martes 22 de mayo del 2018
Mark Zuckerberg es hoy un hombre solicitado. La clase política ha pujado en las últimas semanas por colocarle ante los focos para que sea él quien explique personalmente a los ciudadanos lo sucedido con la fuga de datos de 87 millones de usuarios de Facebook. El resultado de esas llamadas al orden ha sido desigual.
Zuckerberg acudió en abril al Senado estadounidense, donde cambió su aspecto informal por el traje y la corbata para entonar una solemne disculpa. El Parlamento británico ha reclamado una y otra vez su presencia, pero hasta ahora ha tenido que conformarse con vapulear con acusaciones de falta de ética al responsable tecnológico de la compañía, Mike Schroepfer, enviado en su lugar hace un mes.
El tercer acto de esa gira del perdón llega esta tarde en Bruselas sin secundarios ni dobles: Zuckerberg asistirá a la Eurocámara personalmente a las 18.20 horas.
En el Parlamento Europeo le aguarda un escenario más íntimo, y aunque se esperan duros ataques por su responsabilidad en el escándalo de Cambridge Analytica, en apariencia el trámite es más favorable. Si en Washington declaró ante cientos de congresistas durante dos días en jornadas maratonianas, esta vez lo hará ante un reducido grupo de líderes europeos en una única sesión mucho más corta, de alrededor de una hora, en la que estarán presentes el presidente de la cámara y los jefes de los grupos políticos con representación.
Al día siguiente la atmósfera se tornará todavía menos tensa. Zuckerberg pondrá rumbo a París, donde será recibido por el presidente Macron y medio centenar de directivos de grandes empresas del sector digital para participar en un evento sobre cómo la tecnología puede contribuir al bien común.
El aterrizaje de Zuckerberg en la capital comunitaria ha estado precedido de una agria polémica en torno al formato de su aparición. En un primer momento estaba previsto que la comparecencia se produjera a puerta cerrada sin la presencia de cámaras. La intención era que el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, diera cuenta de su contenido al acabar. Pero en una institución que ha hecho de la transparencia un principio fundamental, la presión de socialistas, verdes y liberales para que se retransmitiera en abierto, incluso bajo amenaza de no asistir al evento en caso contrario, ha forzado que el fundador de Facebook dé la cara. "He hablado con Zuckerberg sobre la posibilidad de una transmisión en directo de esta reunión. Me alegra anunciar que ha aceptado esta nueva solicitud", anunció Tajani.
El interés del Parlamento por situar a Zuckerberg ante un micrófono en la institución que integra a los representantes de 500 millones de europeos tiene un valor más simbólico que práctico: permite a la Eurocámara escenificar una rendición de cuentas. 2,7 millones de usuarios están entre los afectados por la fuga de datos de Cambridge Analytica. La consultora británica tuvo acceso a su información privada sin su consentimiento y puso el botín a la venta. Entre otros, fue utilizado por el equipo de Donald Trump para segmentar a los votantes en su carrera a la Casa Blanca y explotado por las plataformas partidarias del Brexit en Reino Unido.
Aunque Facebook tiene su sede en California, la red social cuenta con más usuarios en la UE que en EE UU, por lo que el interés por escuchar de boca de Zuckerberg cómo va a evitar la compañía que se repitan casos similares es igualmente amplio a ambos lados del Atlántico. En Reino Unido, la negativa de Zuckerberg a acudir a su parlamento para dar explicaciones dirigidas en exclusiva a los ciudadanos británicos sigue generando frustración: un grupo de diputados ha enviado una serie de preguntas a sus colegas de la Eurocámara para que se las formulen en su lugar, si bien dada la brevedad de su paso por el organismo, el margen para interrogarle parece reducido.
La llegada del fundador de Facebook a Bruselas se produce justo en la semana en la que entra en vigor el Reglamento General de Protección de Datos, en vigor desde este viernes. La UE ha aprobado dicho mecanismo legal para protegerse ante futuras brechas de seguridad. La ley contempla fuertes multas para las empresas que no protejan estrictamente la información de los usuarios. Facebook, como otras tecnológicas norteamericanas, ya ha asegurado que se adaptará a las normas.