El País / Los Ángeles , California / Jueves 17 de mayo del 2018
Las autoridades de California han asumido la custodia de una decena de niños, de entre 4 meses y 12 años, hallados en condiciones insalubres en una vivienda, donde, según han relatado, sufrieron castigos como ahogamiento simulado, disparos con perdigones y quemaduras, que la Fiscalía ha calificado como “tortura”. La madre de los menores, Ina Rogers, de 30 años, y su esposo, Jonathan Allen, de 29 años, han sido acusados de varios cargos de maltrato y se encuentran en prisión.
“Estamos horrorizados por lo que nos han relatado los niños”, ha dicho Sharon Henry, vicefiscal de distrito del condado de Solano, en California (EE UU), quien señaló que basándose en los testimonios de los menores se cree que "hubo torturas en la casa”. El caso se descubrió después de que la policía respondiera el pasado 31 de marzo a un aviso de la desaparición del hijo mayor, de 12 años. Las autoridades localizaron al niño y lo llevaron de vuelta a la casa, donde realizaron una inspección para evaluar las condiciones del lugar. La vivienda color crema ubicada en un área residencial en la localidad de Fairfield, al norte de San Francisco, aparentemente no se diferenciaba de las demás. Pero durante la inspección, encontraron otros nueve niños, viviendo entre suciedad y en condiciones que consideraron que no eran seguras.
Ese mismo día la madre, Ina Rogers, de 30 años, fue arrestada y acusada de negligencia infantil, mientras que los niños quedaron bajo la protección de los Servicios Sociales. Las autoridades abrieron una investigación, junto con el Departamento de Violencia Doméstica, en la que descubrieron un “largo historial de severos abusos físicos y emocionales en los niños”, lo que llevó a la detención del padre Jonathan Allen, según indicó la Policía de Fairfield en un comunicado. Allen, de 29 años, fue acusado de nueve cargos de tortura y seis de abuso infantil.
La madre de los niños ha negado los hechos, pero la vicefiscal ha calificado el comportamiento del padre de “sádico”. Rogers ha defendido a su marido, al que se ha referido como una “persona maravillosa”. Ella misma se ha definido como “una madre maravillosa”.
En las semanas transcurridas la policía ha interrogado a los ocho niños de más edad, y supieron así la situación en la que se encontraban. "Continuamente los niños eran golpeados, estrangulados, mordidos, atacados con armas como ballestas o pistolas de aire comprimido, golpeados con palos y bates y sometidos al submarino", una técnica de tortura que consiste en mantener a la víctima bajo el agua hasta que comienza a ahogarse, indica la Fiscalía. El testimonio de algunos de los menores apunta a que hubo abusos desde 2014.
Los detalles sobre las condiciones en las que vivían van saliendo poco a poco. En las imágenes difundidas de la vivienda se ven heces, orina y suciedad por todas las habitaciones, además de comida roída y basura acumulada. Según el Washington Post, los niños vivían hacinados en una habitación y no iban a la escuela, eran los padres quienes se encargaban de su educación, una práctica que está regulada en Estados Unidos. Algunos vecinos han dicho que desconocían que la pareja tenía tantos niños.
El padre, que fue arrestado el viernes pasado, compareció ante una corte el lunes y se declaró no culpable. No obstante, se le impuso una fianza. La madre, que tras ser arrestada en un primer momento se encontraba en libertad bajo fianza desde abril, entró en prisión este miércoles después de que la Fiscalía la acusara formalmente de nueve cargos por golpear y torturar a los menores.
El caso sale a la luz apenas cinco meses después de que se descubriera otra situación similar en el sur de California. David y Louise Turpin fueron acusados de maltratar y mantener secuestrados a sus 13 hijos en su hogar.