Excelsior / Chile / Martes 27 de febrero del 2018
El enviado especial del Vaticano a Chile para investigar delitos sexuales recibió el martes en Santiago a varias víctimas de los hermanos maristas, uno de los escándalos más recientes vinculados con la Iglesia.
Un grupo de víctimas se presentó en las dependencias de la Nunciatura de la capital chilena tras ser convocado por monseñor Charles Scicluna, informó Isaac Givovich, quien ofició como vocero del grupo.
"Creemos que es importante que Scicluna conozca la globalidad de lo que es el drama de vivir hoy día con estos abusos”, señaló Givovich a los medios antes de entrar, a la vez que agradeció la señal del papa Francisco a través de su enviado al recibirlos.
Scicluna fue enviado a Chile por el Vaticano con la misión de escuchar testimonios en torno al caso del controvertido obispo de Osorno acusado de encubrir abusos sexuales, Juan Barros.
Tras extender su visita debido a una hospitalización por una cirugía urgente de vesícula decidió recibir a las víctimas de los maristas que se habían acercado anteriormente para entregarle una carta explicando su caso.
El grupo demanda la creación de una Comisión Especial Vaticana que analice, investigue y sancione los presuntos delitos cometidos por los hermanos y religiosos de la Congregación de Hermanos Maristas, relató Givovich.
Su expectativa es también poder entablar un diálogo directo con el Vaticano.
"Este es un día histórico para todos los sobrevivientes de abuso sexual eclesiástico en Chile y el mundo… Hemos roto el círculo de hierro del encubrimiento de estos crímenes a nivel de las Conferencias Episcopales”, dijo Jaime Concha, otra de las víctimas presentes en la reunión del martes.
A partir de ahora el papa Francisco y el Vaticano tendrán nuestros testimonios completos y estará en ellos la responsabilidad de hacer justicia o seguir encubriendo”, agregó.
MARISTAS EN LA MIRA
La Iglesia católica chilena inició una investigación interna a comienzos de febrero en la que Givovich fue la primera víctima en declarar.
Este constituye el segundo intento de investigar los abusos por parte de la institución luego de que el fraile franciscano Saúl Zamorano fuera suspendido de su cargo en una primera investigación tras ser acusado de abusos sexuales.
En paralelo habrá una investigación judicial ya que se ha presentado una denuncia y varias víctimas preparan una demanda colectiva penal.
El caso de los maristas se dio a conocer en 2017 cuando exalumnos que padecieron abusos se organizaron por internet para reunirse y contar qué les había pasado.
La congregación de hermanos Maristas admitió en agosto que el religioso Abel Pérez les confesó en 2010 que había abusado de 14 muchachos y sólo lo denunciaron siete años después.
Los maristas no son sacerdotes sino religiosos dedicados a la educación y tienen escuelas en varios países.