Pablo Aguirre / Veracruz, Ver. / Miercoles 29 de noviembre del 2017
La asamblea de trabajadores portuarios de CICE quedó desierta al no haber quorum legal de 320 obreros, con lo cual José Luis Hernández Cortés “El Tribilín”, comienza a tambalearse al igual que su antecesor Pablo Efrén Solub Pérez, lo que mantiene inconforme a la clase laboral del primer puerto de México.
"El Tribilín”, llegó a la dirigencia del sindicato de la empresa Corporación Integral de Comercio Exterior, CICE, debido a que los trabajadores estaban cansados de varios años de excesos y abusos por parte del “yucateco” Pablo Efrén Solub Pérez.
Pero a José Luis Hernández Cortés, solo le bastaron dos meses para echarse encima a la clase trabajadora, debido a que ha actuado con soberbia, cansando a unos obreros hastiados de abusos de poder, además que no ha mostrado a los 632 obreros la “Toma de nota” que presuntamente debió entregarle la Secretaría del Trabajo para legitimarlo.
Buscando la forma de perpetuarse en el poder en uno de los sindicatos portuarios más fuertes del Golfo de México, José Luis Hernández Cortés ha evitado en todo momento la asamblea de ratificación de su dirigencia, por ello convocó a una primera que denominó “de carácter Informativa”, con lo cual excluyó la presencia del Presidente de los Debates y así evitar cuestionamientos.
La segunda asamblea pactada para este miércoles 29 de noviembre, en el salón Electricistas de González Pagés 614 a las 09:00 horas en el puerto de Veracruz, fue citada en carácter de “Extraordinaria”, pero volvió a excluir el tema de la convocatoria para un nuevo proceso electoral, lo que provocó la irritación obrera.
En tan solo dos meses Hernández Cortés ha cometido errores, como impedir que los obreros ingresaran a trabajar a 24 familiares mujeres, a lo que contestó que “aquí no quiero mujeres, esas son pa’ la cocina”.
Los bienes sindicales son para el servicio de la familia y no ha querido dar cuenta en qué se han gastado las cuotas sindicales en dos meses de administración, así como permitir que a los obreros les quitaran el acceso directo al puerto por debajo del puente, con lo cual pasaron de cruzar a la zona portuaria en 10 metros, a caminar un kilómetro sorteando vehículos para llegar por la zona de aduanas.
A final de cuentas, la asamblea se suspendió porque no hubo quorum legal, los obreros desdeñaron la convocatoria y solo llegó él y sus allegados, montando un equipo de seguridad personal y echando del recinto oficial a los mismos periodistas que lo ayudaron a llegar al cargo, diciendo a su guardia personal “Díganles que no hay entrevistas y que se salgan”.
Los trabajadores mostraron su desacuerdo con la dirigencia de José Luis Hernández Cortés y ya preparan a un relevo, un trabajador, serio, decente, con antecedentes honestos dentro y fuera del recinto fiscal.