Excelsior / Ciudad de México / Jueves 17 de agosto del 2017
En este video verás el momento en el que Saiel Bashar, un estudiante de informática de 23 años, llora y ruega piedad a un grupo de cazadores de pedófilos, que ayudó a la policía británica a atraparlo, después de que viajó de Londres a Birminham, unos 160 kilómetros, para mantener sexo con una menor de edad.
En realidad con quien Bashar estuvo chateando la semana entera no fue con la niña de 13 años a quien le obsequiaría un teléfono celular y por quien acudiría en un auto de alquiler a la salida de la escuela, a cambio de relaciones sexuales, sino con el grupo ciudadano Vigilantes, dedicado a cazar pedófilos mediante las redes sociales.
En el video, al ser sorprendido el hombre clama por piedad, jura que no lo volverá a hacer en su vida e incluso llora e intenta hincarse ante sus 'verdugos cibernéticos', quienes con la sola difusión del video han logrado el escarnio mundial para este pederasta.
Mientras arribaba la policía, los vigilantes, miembros del grupo denominado 'Paedo Hunters No Glory Hunters', le leyeron unas 300 páginas de frases que dedicó durante varios días para convencer a la supuesta niña con quien se vería a escondidas de su madre, que en teoría estaria trabajando.
Bashar, en algunos momentos de la grabación, se pone histérico.
CRUZADA CONTRA PEDÓFILOS EN REINO UNIDO
Hace apenas una semana fueron condenadas 18 personas por violar y dar drogas a jóvenes en Inglaterra.
Diecisiete hombres y una mujer fueron declarados culpables por proveer drogas, violar e "incitar a la prostitución" a chicas jóvenes vulnerables en Newcastle.
El grupo formaba una "organización sistemática" que captó a más de veinte víctimas, de entre 13 y 25 años, a las que invitaban a fiestas donde les ofrecían alcohol y drogas -en particular mefedrona y cannabis- y les impulsaban a ofrecer servicios sexuales como pago por las sustancias.
Los acusados, que conocerán su sentencia en septiembre, han sido declarados culpables, en conjunto, de más de cien cargos por actos cometidos entre 2011 y 2014.
La fiscalía argumentó durante el proceso que la red identificaba a chicas en entornos vulnerables, que a sus ojos serían menos proclives a denunciar la explotación sexual.
Las víctimas describieron cómo en la fiestas que organizaba el grupo había alcohol y drogas a disposición de los asistentes, que podían consumir libremente mefedrona, un estimulante similar a las anfetaminas.
La investigación de este grupo de 18 personas forma parte de unas pesquisas más amplias denominadas Operación Santuario, que comenzó en diciembre de 2013.
A raíz de la denuncia de una agresión sexual de una joven y la conversación de una trabajadora social con una menor, las fuerzas de seguridad han arrestado en los últimos años a 461 personas relacionadas con casos de explotación en el norte de Inglaterra.
Más de 90 de ellas han sido ya condenadas a cadenas que suman en total más de 300 años de cárcel, mientras que se han identificado hasta ahora a 278 víctimas.
La investigación que llevó a la detención de las 18 personas en Newcastle ha levantado polémica tras conocerse que los agentes pagaron unas 10.000 libras (11.000 euros) a un pedófilo convicto para informar sobre lo que ocurría en las fiestas del grupo.
Ese informante, al que se identificó en el juicio como "XY", recibió el encargo de la policía a pesar de haber sido declarado culpable en el pasado de haber drogado a una menor de edad y haber animado a otro hombre a violarla.
"La difícil decisión moral de utilizar a ese informante se tomó con cautela y poniendo especial atención en el bienestar de las víctimas", señaló a ese respecto la comisaria Vera Baird.
"Tengo la seguridad de que la información que ese hombre proporcionó ha contribuido a la investigación y, por lo tanto, a la condena de estos peligrosos hombres. No podría haber sido obtenida de otra manera", aseguró Baird.