El Intransigente / Londres / Martes 1 de agosto del 2017
Beatrice Way de 42 años sufrió un accidente cerebrovascular y un ataque al corazón que la dejó en coma permanente. Los médicos pidieron a Alejandro, su esposo, el permiso para poder desconectarla del soporte artificial y de esta manera poner fin al sufrimiento.
"Yo estaba convencido de que se podía hacer más. Sin embargo, los doctores insistieron en que Beatrice tenía muy poca respuesta cerebral y que no había manera de que pudiera mejorar" aseguró su esposo.
Después de conocer la situación gravísima de la mujer, los médicos pidieron el permiso pertinente a Alejandro para poder desenchufarla. "La petición fue seguida por una súplica para que donase los órganos de Beatrice para el trasplante" señaló.
Beatrice asegura que su último recuerdo es desplomarse en el suelo. "Mi siguiente recuerdo es despertar cuatro semanas más tarde en el hospital", señaló.
Tras su hospitalización, vivió durante unos meses una dura rehabilitación para superar la parálisis en su pierna y brazo izquierdo con ayuda del equipo de fisioterapia en Cambridge. Este accidente no le ha impedido cumplir su sueño, ser madre. Fue el pasado junio cuando dio a luz a su hija Rosemary y aunque nació seis semanas antes de lo previsto, estaba sano. Una simple decisión puede cambiar la vida entera.