Excelsior / Hamburgo / Domingo 9 de julio del 2017
Activistas que se oponen a la globalización protagonizaron disturbios por tercera noche consecutiva en Hamburgo el domingo por la madrugada, incluso después de que los mandatarios del Grupo de los 20 (G20) ya habían partido de la ciudad del norte de Alemania.
La policía usó nuevamente camiones con cañones de agua contra los alborotadores, que los atacaron con barras de hierro y adoquines.
Un total de 476 agentes sufrieron lesiones en los episodios de violencia iniciados el jueves. No quedó claro el número de manifestantes heridos.
El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Sigmar Gabriel, condenó la violencia al afirmar que "la reputación de Alemania se está viendo gravemente afectada por los sucesos en Hamburgo".
Gabriel dijo al diario Bild am Sonntag que un equipo de investigación europeo debería buscar a los responsables.
El director de la policía de Hamburgo, Ralf Meyer, dijo en una conferencia de prensa que aunque estaba orgulloso de los 20 mil policías que lograron brindar seguridad a los líderes internacionales y sus delegaciones, era deplorable que muchos de ellos resultaran heridos y que los disturbios violentos no pudieran evitarse.
El secretario de gobierno de la ciudad dijo que no esperaban este tipo de brutalidad por parte de los extremistas de izquierda.
"Tuvimos que ocuparnos, más allá de los acontecimientos reales en la cumbre, de actos de violencia despiadados por parte de criminales”, dijo Andy Grote.
Los funcionarios de la ciudad reiteraron que las personas y negocios que sufrieron daños recibirían rápidamente el apoyo financiero del gobierno.
Hubo automóviles incendiados, tiendas saqueadas, bicicletas quemadas en barricadas callejeras y ventanas rotas.
La abrumadora mayoría de las decenas de miles de personas que tomaron las calles en protesta contra la cumbre del G20 *exigiendo acciones más rápidas contra el calentamiento global y más ayuda para los refugiados- lo hicieron de forma pacífica.