Mediotiempo / Rusia / Lunes 3 de julio del 2017
Un mortal y definitivo error de la defensa chilena, fue la diferencia en la Gran Final de la Copa Confederaciones 2017, en la que una joven representación de Alemania se llevó su primer título de este certamen, al derrotar 0-1 a la Roja en San Petesburgo.
Cuando Chile debía mostrar su experimentada estirpe y sus blasones como Bicampeón de América, y sobre todo cuando tenía contra la pared al campeón del mundo, un error de Marcelo Díaz a los 20 minutos de juego en la línea defensiva, permitió a Timo Werner ceder el esférico a Lars Stindl, que con la meta abierta y Claudio Bravo vencido, definió el único gol del encuentro.
En la Mannschaft no existen equipos alternativos, todos juegan a lo mismo, con la misma contundencia y el equipo que llevó Joachim Löw a Rusia evolucionó poco a poco en el torneo, desde avanzar como líder de su grupo, destrozar a México en semifinales y después ser sólido ante un Chile que en el partido más importante se desesperó y perdió el temple, la fortaleza y la mentalidad que había mostrado en todo el torneo.
El conjunto de Juan Antonio Pizzi tuvo para abrir el marcador, pero su ineficacia frente al marco de Ter Stegen lo pagó muy caro, sobre todo al inicio del encuentro porque a través de Alexis Sánchez y Arturo Vidal, Chile tuvo para anotar, pero el acierto nunca estuvo de su lado y sí la imprecisión y las malas decisiones.
Alemania aprovechó el regalo, estableció sus formas y mantuvo el temple ante una Roja que poco a poco se puso más nerviosa, porque incluso debió quedarse con diez por un codazo de Gonzalo Jara a Timo Werner que ni el árbitro ni el VAR consideraron para mostrarle la Roja.
Todavía al final del encuentro, Chile tuvo una última clara para mandar al alargue a través de Edson Puch y el nuevo jugador de Pachuca, Angelo Sagal, quien voló su disparo dentro del área. Así, Chile se quedó con las manos vacías, mientras que Alemania levantó por primera vez una Copa Confederaciones en su brillante palmarés internacional.