Excelsior / Kabul / Miercoles 3 de mayo del 2017
El grupo terrorista Estado Islámico (EI) atacó hoy un convoy de la OTAN en Kabul, donde nueve personas murieron y 28 resultaron heridas, en el primer atentado del grupo en la capital desde que Estados Unidos lanzó el pasado 13 de abril, la llamada "madre de todas las bombas" contra una de sus bases.
La explosión ocurrió hacia las 7.45, hora local (3.15 GMT) en el centro de la capital afgana, cerca de la embajada de Estados Unidos, al paso de un convoy de la OTAN, informó el portavoz de la policía de Kabul, Basir Mujahid.
Un portavoz de la misión de la OTAN en el país, William K. Salvin, confirmó a través de un breve comunicado el ataque de un suicida cargado de explosivos y que en la acción resultaron heridos tres de sus miembros.
"Ninguno de ellos sufrió heridas que puedan suponer un riesgo para sus vidas, se encuentran en situación estable y están siendo tratados en instalaciones médicas de la coalición", detalló Salvin.
En el ataque murieron ocho personas, incluidos mujeres y niños, y otras 25 resultaron heridas, aseguró el viceportavoz del Ministerio afgano de Interior, Najeeb Danish.
Las víctimas, todos civiles, fueron trasladas a un hospital, aclaró el portavoz del Ministerio afgano de Salud, Ismail Kawasi.
El Gobierno afgano reaccionó condenando enérgicamente el atentado y el presidente, Ashraf Ghani, remarcó en un mensaje en Twitter que con este tipo de "cobardes ataques los terroristas ocultan sus sucesivas derrotas".
El jefe del Ejecutivo afgano, Abdulá Abdulá, también se mostró "profundamente triste por el ataque terrorista que mató a civiles inocentes".
"Me solidarizo con las víctimas", concluyó Abdulá en un mensaje en la misma red.
El EI reivindicó el atentado a través de un comunicado difundido en foros yihadistas por la agencia Amaq, órgano de propaganda del grupo terrorista.
En la nota, cuya autenticidad no ha podido ser verificada, se informó que "un mártir del Estado Islámico detonó su coche bomba contra un grupo de fuerzas estadunidenses cerca de la embajada de Estados Unidos en Kabul".
El EI aseguró en su mensaje que "al menos ocho soldados estadunidenses murieron por la explosión y otros resultaron heridos", sin especificar el número, y dos vehículos blindados de Estados Unidos fueron destruidos.
El último atentado del EI en Kabul ocurrió el pasado 12 de abril, cuando cinco civiles murieron por el ataque de un suicida contra un vehículo de empleados del gobierno en el exterior del Palacio Presidencial.
Un día después de ese atentado el Ejército de Estados Unidos lanzó la bomba GBU-43, apodada por los propios militares estadunidenses como "la madre de todas las bombas", contra una base en las montañas del grupo yihadista en la provincia oriental afgana de Nangarhar, en el que murieron al menos 96 supuestos terroristas.
El ataque aéreo, autorizado por el presidente estadunidense, Donald Trump, supuso un duro golpe para el EI, aunque la agrupación terrorista negó que hubiera sufrido bajas.
Desde aquel ataque, el EI en Afganistán ha perdido a más de 200 miembros en acciones de las tropas afganas e internacionales.
La cifra de muertos es alta si se tiene en cuenta que el gobierno afgano había asegurado a principios de abril que el Estado Islámico apenas contaba con 400 miembros en el país, tras haber abatido a 2 mil 500 el año pasado.
El Estado Islámico irrumpió en Afganistán en 2015 en diferentes puntos del país y haciéndose fuerte en Nangarhar, una provincia fronteriza con Pakistán clave en las comunicaciones entre los dos países.
El grupo yihadista ha reivindicado algunas de las acciones más sangrientas en el país, incluidos el atentado suicida en junio del año pasado contra una manifestación de miembros de la minoría chií hazara que causó más de 80 muertos y de 300 heridos.
También protagonizaron el ataque en marzo contra un hospital militar de Kabul en el que murieron 35 personas y 53 resultaron heridas, incluidos médicos, enfermeras, personal administrativo, militares y pacientes civiles.