Mediotiempo / Barcelona, España / Martes 25 de abril del 2017
El Barcelona juega este miércoles contra Osasuna en el Camp Nou uno de los cinco partidos que le quedan de la Liga para presionar al Real Madrid y esperar un fallo de este para depender de sí mismo en la lucha por el título.
El triunfo de la semana pasada en el Bernabéu (2-3) permitió al Barça situarse líder, pero el Madrid, con un partido menos (en el campo del Celta), sigue dependiendo de sí mismo, por lo que el equipo azulgrana, además de ganar todos sus partidos, depende de un tropiezo madridista, por lo menos en forma de derrota.
El equipo de Luis Enrique Martínez recibe a un rival desahuciado, con una baja autoestima y que de perder el partido y producirse un triunfo del Leganés, será automáticamente equipo de segunda, ya que solo quedarán cuatro partidos (doce puntos) y la diferencia entre el colista y el equipo madrileño sería precisamente de doce puntos, con la diferencia de goles para el conjunto de Asier Garitano.
Aquel tropiezo en Riazor y posteriormente en Málaga convirtieron al Barça en un equipo capaz de ofrecer lo mejor y lo peor en una misma semana, aunque una nueva pérdida de puntos ante el colista haría que el equipo de Luis Enrique perdiese las escasas esperanzas que le quedan para revalidar por tercer año consecutivo el título de Liga.
A pesar de que Osasuna suma cuatro triunfos y cuatro empates en sus 36 visitas al Camp Nou, el hecho es que la situación al límite del equipo navarro no es nueva esta temporada, ya que viene de anteriores cursos yendo al límite, en los que las visitas a Barcelona se han saldado con goleadas, como las tres anteriores: 8-0, 5-1 y 7-0.
Las once bajas de Osasuna posibilitará que el Barcelona lleve a cabo también alguna rotación, la última que se le espera mientras mantenga opciones al título de Liga, ya que el resto de partidos que le quedan exigirán del equipo titular, en el que mañana tampoco estará Neymar, que cumplirá su tercer y último partido de sanción.