bbc.com / Washington, EU / Lunes 23 de enero del 2017
El ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tiene varias opciones para ocuparse o entretenerse ahora que ya entregó las llaves de la Casa Blanca a Donald Trump.
El propio Obama dio algunas pistas, pero lo que se sabe con más certeza hasta ahora es que no se irá muy lejos.
Apenas 20 cuadras separan la residencia presidencial de su nueva casa en Washington D.C.
Para que la menor de las hijas de la familia, Sasha, no deba cambiar de escuela secundaria, los Obama se quedarán en la capital estadounidense.
Al menos hasta 2018, cuando la adolescente de 14 años se gradúe de Sidwell Friends School, la familia vivirá en el elegante, exclusivo y caro barrio de Kalorama.
Se cruzará con los embajadores de la Unión Europea, Francia y Omán, entre muchos otros.
Antes de él, en Kalorama vivieron los expresidentes Woodrow Wilson, William Howard Taft, Warren Harding, Franklin D. Roosevelt y Herbert Hoover.
Los nuevos vecinos
Si sale a caminar al parque podrá encontrarse con figuras demócratas que también viven allí, como el excongresista Bart Gordon, o jueces de la Corte Suprema.
"Creo que es un golpe brillante que se muevan aquí. Estarán rodeados por un montón de gente que sigue siendo políticamente activa", afirmó Susan Harreld, una residente de Kalorama que vive cerca.
"Es un barrio muy familiar, que es ideal para Sasha, pero también un barrio muy privado", señaló la futura vecina de los Obama.
La nueva residencia de Barack y Michelle tiene nueve cuartos, ocho baños y está cotizada en US$7 millones.
La alquilarán a Joe Lockhart, ex secretario de prensa de Bill Clinton, quien no la necesita por ahora dado que vive en Nueva York.
Un último pero no tan pequeño detalle respecto al nuevo barrio: una de las vecinas de Obama será nada menos que la hija de su reemplazante.
Ivanka Trump, compró una casa en Kalorama en diciembre, ante el inminente desembarco de la familia a Washington D.C.
Allí vivirá junto a su esposo, Jared Kushner, el futuro asesor presidencial del presidente Trump.
¿Y qué más?
Claro que la dirección postal no será el único cambio en la vida del presidente saliente.
Además de contar con una considerable cantidad de responsabilidades menos, Obama podrá seguir el camino de sus predecesores y dedicarse a escribir (y vender) libros y dar conferencias.
También está entre sus opciones abrir una fundación para impulsar causas de su interés o administrar su futura biblioteca presidencial, que será instalada en Chicago.
Obama todavía no dio detalles sobre lo que hará con todo el tiempo libre que tendrá desde el 20 de enero, pero ya hizo algunos adelantos.
"Voy a volver a hacer el tipo de trabajo que estaba haciendo antes", le dijo a un grupo de estudiantes de secundaria en 2015, cuando se refirió a su inminente fin de su periodo presidencial.
"Ayudar a los jóvenes a educarse, ayudar a las personas a conseguir trabajo y tratar de llevar negocios a los vecindarios que no tienen suficientes oportunidades de hacer negocios. Ese es el tipo de trabajo que realmente me encanta hacer", afirmó.
Antes y durante su mandato, Obama tomó partido a favor de las minorías residentes en Estados Unidos, abogó por un mayor control para la posesión de armas, e impulsó el acuerdo global sobre cambio climático, entre varias otras causas.
Ahora que dejará la Casa Blanca puede convertir cualquiera de esos temas en su bandera de lucha como activista.
Como lo hizo Jimmy Carter, promoviendo causas relacionadas con la democracia y la paz, o Bill Clinton, que desde su fundación impulsa planes para prevenir las enfermedades de transmisión sexual y envía ayuda humanitaria a lugares donde se registraron desastres naturales.
"Lo bueno de ser expresidente es que, mientras renuncias al poder formal, conservas el prestigio de la oficina", explicó Mark Updegrove, autor del libro "Segundos actos: vidas presidenciales y legados después de la Casa Blanca" (2006) al portal de noticias USA Today.
"Y no tienes que reaccionar ante todos los eventos que llegan a tu escritorio. Puedes realmente perseguir una agenda propia", señaló.
No a la abogacía, sí a la NBA
En las varias entrevistas en las que se refirió a su vida post 20 de enero de 2017, Obama confesó que no le gustaría ejercer la abogacía en los tribunales, pero que sí le encantaría tener su propio equipo en la NBA.
Suena a chiste, pero lo dijo en serio.
"No creo que tenga el temperamento de sentarme en una cámara y escribir opiniones, Creo que ser juez es un poco monástico para mí, especialmente después de haber pasado ocho años en esta burbuja. Creo que tengo que salir un poco más", le dijo al semanario The New Yorker en 2014.
En cambio, la posibilidad de ser socio de un equipo de la NBA, así no sean sus amados Bulls de Chicago, le atrae.
"He fantaseado acerca de poder formar un equipo y lo divertido que sería. Creo que sería genial", señaló Obama en 2015, admitiendo que sería muy difícil que el dueño de los Bulls acepte venderle a su equipo.
Eso sí, al futuro expresidente le agrada mucho la idea de enseñar leyes.
"Me encanta enseñar. Echo de menos el aula e interactuar con estudiantes", admitió.
Y si prefiere una opción más extravagante, la oferta de trabajo de Spotify en el cargo de "presidente de listas de reproducción" también está en pie.
¿Y qué si decide no hacer nada?
A Obama tampoco le iría nada mal si decide dedicarse a vivir de sus rentas y nada más.
En su condición de exmandatario de Estados Unidos, le toca una renta anual vitalicia de alrededor de US$200.000, más seguro de salud y protección del servicio secreto durante las 24 horas del día.
Por si eso fuera poco, Obama ya percibe unas muy lucrativas ganancias en concepto de regalías por las ventas de sus tres primeros libros.
De acuerdo a su declaración de impuestos, desde 2005 hasta la fecha, Obama ya ganó US$15 millones por sus obras.
Se estima que sus regalías se incrementen ahora que ya se convirtió en el flamante exinquilino de la Casa Blanca.
Además ya es público que tiene un contrato con la editorial Random House para escribir un nuevo libro de no ficción.
También le queda apelar a sus dotes de orador y dedicarse a dar conferencias por el mundo, algo que su colega Bill Clinton acostumbra a hacer cobrando muy bien por ello.
¿Obama 2021?
El 20 de enero concluyó la era Obama para EE.UU.
Al menos la era de Barack, porque el presidente ya se encargó de cerrar la puerta a un eventual regreso a las ligas mayores de la política estadounidense.
"Pienso que es correcto decir que ya realicé mi última campaña", le dijo a la cadena ABC hace un par de años.
Algo similar ha repetido en otras intervenciones públicas.
"No estaré en otro cargo electo. ¿Seguiré preocupándome profundamente por los problemas en los que hemos estado trabajando? Absolutamente", dijo Obama.
Aunque, claro, si decide volver por la revancha demócrata, no sería para nada el primer arrepentimiento político en la historia.
En política nunca se sabe a ciencia cierta.
Y tampoco sabemos qué opina Michelle.